El cartel tema de este trimestre está formado por una serie de engranajes interrelacionados, cada uno portador de una ilustración. Así como los engranajes contribuyen a aumentar la eficiencia de una máquina, cada persona debe desarrollar cada área de su vida (tiempo, talentos, posesiones materiales y el templo del cuerpo) a fin de producir un servicio aceptable para Dios. Estos engranajes se pueden montar de varias maneras.
Cada tema presenta una faceta diferente de lo que significa "administrar" las cosas de Dios. Ora para que tus alumnos tomen decisiones que estén de acuerdo con la información que van recibiendo. Si asumen este compromiso con responsabilidad, su vida llegará a ser mucho más útil y feliz. Dedica tus mejores esfuerzos a estas charlas, y podrá despertar el interés de tus alumnos en el tema de la gestión de vida cristiana.
La mayoría de los ejercicios están preparados al final de cada programa.
Puedes ponerles esta película para adolescentes de hopemedia.es que explica muy bien el tema de la gestión de vida cristiana:
La nota misteriosa: https://hopemedia.es/ver/peliculas/la-nota-misteriosa/?wpvsopen=1
Producida por el Departamento de Mayordomía de la División Norteamericana.
Coloca en el cartel tema el engranaje central con la ilustración de Dios creando. ¿Qué función pueden cumplir los engranajes en el programa de la escuela sabática? ¿Tendrán alguna relación con gestionar nuestra vida? Así como los engranajes se complementan para aumentar la eficiencia de una máquina, cada individuo debe desarrollar los aspectos básicos de su vida: el tiempo, el talento y las posesiones materiales, a fin de rendir un servicio aceptable a Dios.
Entregue a cada alumno una hoja en blanco.
Puedes preparar con tus alumnos papiroflexia; podría ser un aeroplano, una pajarita, un muñeco, etc. Aquí tienes algunos enlaces y al final del programa unos animalitos sencillos. Al terminar, cada alumno debe poner su nombre en su obra, y colocarla en una bolsa grande de papel donde se reunirán todos los trabajos. Ubique la bolsa en un lugar destacado. Prosiga con el tema.
Leed el Salmo 33:6-9. Dios es el autor de este mundo. El creó las galaxias, los sistemas solares, el esquema de las constelaciones. Dios elaboró el elemento más grande que puedan imaginar,
y también el más pequeñito.
Hizo las partículas subatómicas y las moléculas de ADN. https://youtu.be/FbLE96KyG6A
Esas moléculas, demasiado diminutas para observarlas incluso con un microscopio electrónico, forman los códigos genéticos de las células, que determinan cómo será el individuo.
Dios es también el Creador del milagro de la vida.
Dio a cada ser viviente la capacidad de reproducir la vida de su propia especie. Diseñó el polen que fertiliza las semillas de las flores, para que surjan nuevas flores. Elaboró el diseño de la división celular que permite que una célula microscópica crezca hasta convertirse en un ser del tamaño de una jirafa, un elefante o un hombre; una simple célula fertilizada se divide en dos células completas, esas dos en cuatro, las cuatro en ocho, y así sucesivamente. Algunas células se transforman para formar los huesos, otras los músculos, otras la piel; cada una ocupa perfectamente su lugar dentro del esquema creado por Dios.
Dios combinó a la perfección una equilibrada fórmula de oxígeno y nitrógeno, además de varios otros gases, para formar el aire que respiramos. Contiene 78% de nitrógeno, 21 % de oxígeno, y el 1% restante es una combinación de otros gases: argón, neón, helio, criptón, xenón, hidrógeno, ozono, dióxido de carbono, óxido de nitro y metano. ¿Qué elemento del aire es indispensable para nuestra vida? (El oxígeno.) Supongamos que Dios hubiera creado el aire únicamente con oxígeno puro. ¿Qué problemas habría ocasionado? (Entre otras cosas, el aire habría sido explosivo, y podríamos haber sido destruidos con gran facilidad.) Dios diseñó este planeta fascinante y sorprendente.
Luego nos creó a los seres humanos para que lo habitáramos, y nos dio este mundo como nuestro hogar. Pida a un alumno qué leemos Salmo 24:1,2. ¿A quién pertenece la tierra? Al Señor. ¿Por qué? Él la creó.
Escoja uno de los modelos de papel creado por los alumnos y sosténgalo en alto para que todos lo vean.
Descríbalo brevemente: qué es, como fue hecho, si es un objeto para decoración o si cumple alguna función, quién lo hizo. ¿Tiene dueño este objeto? ¿Por qué (nombra al alumno) es el dueño? En efecto, porque él lo hizo. Pero ahora lo tengo en mis manos. En este momento, yo lo poseo.
Por lo tanto, la dueña soy yo. ¿Es eso correcto o estoy equivocada? Es incorrecto, porque el creador tiene la prioridad en la posesión. Supongamos que yo decido usar este objeto de (nombra al alumno) como si fuera mío. ¿Tengo derecho a hacerlo? Sí, Siempre que le pida permiso.
Ahora supongamos qué yo decido patentar el diseño de (nombra al alumno), con la intención de ganar dinero vendiendo las instrucciones para fabricar esos objetos. ¿Sería eso legal? No, a menos que él hubiera firmado un contrato cediendo sus derechos sobre el diseño. Sigamos suponiendo que yo decida destruir el objeto. ¿Puedo hacerlo? Sí, pero primero tendré que obtener su permiso. Ahora cada uno identificará el objeto que ha creado. ¿Cómo los identificaron? Cada autor reconoce su propia obra, así como su nombre escrito en ella.
Si Dios hizo este mundo con todo lo que hay en él, entonces le pertenece. Él lo dejó en nuestras manos para que viviéramos aquí, pero nos pide que recordemos que él es el Creador y el verdadero Dueño.
Dos cosas, en particular, nos ayudan a recordar que todo le pertenece. ¿Cuáles son? Leemos Éxodo 20:8-11 y Levítico 27:30. Dios reclama para sí la séptima parte del tiempo que nos ha dado, y un décimo de nuestros ingresos. Por medio de estos dos elementos, nos enseña que él es quien nos da todo lo que tenemos, incluso la vida.
Dios no sólo es el Creador, sino también el que suple todas nuestras necesidades. Leemos el Salmo 145:15,16. Además de haber creado el mundo y haberlo entregado a sus criaturas, se ocupa continuamente de sostenerlas y cuidarlas. El hace descender la lluvia, brillar el sol, germinar las semillas y crecer las plantas, y también hace dar fruto a los árboles. Dios se interesa no sólo en aquellos que lo aman; él se preocupa por todos. Leemos las palabras de Jesús registradas en Mateo 5:45. Dios provee todo lo que necesitamos. Podemos confiar en Él porque nos ama. Quiere que lo reconozcamos como nuestro Padre. Su amor es inmensurable.
Todos los programas tienen ejercicios. Consistirán en buscar en la Biblia algunos tesoros que nos ayudarán particularmente a ser mejores mayordomos.
La actividad de esta semana tiene dos propósitos: uno, aprender a buscar pasajes bíblicos rápidamente, y él otro, comprender lo que leemos.
Cuando os indique el pasaje que debéis buscar, después de ubicarlo y leerlo tendréis que decidir si se aplica a Dios como Creador (cuándo; o cómo fuimos creados), o como dueño (todo lo que él nos da; para suplir nuestras necesidades.) Es fácil definir algunos versículos, pero otros nos hacen pensar un poco antes de decidir.
Cuando los alumnos respondan, puedes anotar la referencia de los versículos en la columna correspondiente. Si lo deseas, puedes asignar un punto al que responda correctamente.
Referencias bíblicos: Lucas 11:2,3 (Sustentador); Juan 1:1-3 (Creador); Job 33:4 (Creador); Mateo 6:31-33 (Sustentador); Lucas 5:4-6 (Sustentador o Creador); Job 38:4 (Creador): Isaías 66:1-2 (Creador o Dueño); Hageo 2:8 (Dueño);1 Pedro 5:7 (Sustentador); Salmo 37:25 (Sustentador); Colosenses 1:16-17 (Creador); Salmo 24:1 (Dueño o Creador); Salmo 50:12 (Dueño); Filipenses 4:19 (Sustentador); Romanos 14:8 (Dueño); Salmo 103:1-5 (Sustentador); Eclesiastés 12:1 (Creador); Salmo 37:3 (Sustentador); Salmo 50:10-11 (Dueño); Lucas 12:27-28 (Sustentador).
Este crucigrama se basa en algunos textos bíblicos que se refieren a Dios como nuestro Creador, Dueño y Sustentador. Procura resolverlo sin mirar los versículos. Las referencias te ayudarán si te falta alguna respuesta.
Somos propiedad de Dios porque él nos creó. Se interesa por nosotros porque le pertenecemos y porque nos ama. Pero no nos obliga a ser suyos contra nuestra voluntad. Nos da libertad para escoger si queremos pertenecerle o no. Es tan grande su amor que nos hizo seres libres. Tenemos la posibilidad de elegir.
¿Quieren que juntos decidamos pertenecer a Dios?
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "Primero Dios".
El engranaje que colocamos hoy se llama "Primero Dios". La semana pasada aprendimos que Dios es el Creador, y por lo tanto el legítimo dueño del universo y de nuestra vida. Además, descubrimos que Dios nos dio libertad de elección. Podemos decidir si queremos o no obedecerlo. Depende de nosotros. Analicemos esta idea.
Un hombre que tenía una habilidad especial para tratar a los animales salvajes aprendió a relacionarse con los que habitaban en los bosques. Su naturaleza bondadosa inspiraba confianza a las bestias. Aunque vivían en estado salvaje, muchos ciervos, mapaches, zorros y otros animales acudían regularmente al hogar de ese hombre en busca de alimento y compañía. A lo largo de su vida ayudó a centenares de animales salvajes. Y por experiencia descubrió que llega un momento en que cada criatura necesita que se le conceda la libertad.
Un bebé zorro que tenía en su casa, por ejemplo, sintió la necesidad de ser libre a las siete semanas de edad. En aquel momento comenzó a sentirse inquieto, e intentó escapar. Cuando el hombre se dio cuenta, abrió un agujero del tamaño del zorro en la parte inferior de su puerta de alambre tejido.
El cachorro comenzó a investigar el hueco, olfateándolo una y otra vez, hasta que reunió valor para pasar al otro lado. Luego volvió a atravesar el hueco y repitió la operación incansablemente. El excitante juego prosiguió durante varias horas, hasta que el pequeño se dio cuenta de que era libre de ir y volver cuantas veces lo deseara. Recién entonces se sintió feliz.
Un zorrito liberado a las siete semanas de edad puede seguir manteniendo una actitud amistosa, al punto de regresar durante mucho tiempo al hogar donde vivió. Por el contrario, si se lo mantuviera cautivo durante más tiempo, tal vez no regresaría jamás.
Dios creó al hombre como un ser libre. No hizo de él una marioneta, un robot o un esclavo. Dios sabía que el amor genuino y la amistad sólo se desarrollan en un clima de libertad. Sin ella, el verdadero amor no existe.
Cuando el hombre pecó perdió su libertad, y la humanidad fue esclavizada por Satanás. Pero Dios no permitió que siguiéramos siendo esclavos. A pesar de todo, deseaba volver a darnos la posibilidad de elegir.
Por eso Jesús murió y pagó nuestros pecados, para que pudiéramos ser nuevamente libres de elegir a nuestro amo. Como los zorritos huérfanos, podemos regresar al lado de Dios porque lo deseamos y no porque estamos obligados a hacerlo. Somos libres de escoger.
Cuando decidimos pertenecer a Dios, aceptamos su estilo de vida. Nuestro Diseñador y Creador sabe lo que necesitamos para ser realmente felices. Cuando Dios es el eje de nuestra vida, todo lo demás ocupa el lugar que le corresponde. La decisión más importante que debemos tomar es si aceptaremos a Dios como el centro de nuestra vida, o si, por el contrario, lo mantendremos alejado de este centro. Esta debe ser nuestra primera decisión, porque afecta a todas las demás que tomaremos mientras vivamos.
(Si tiene un disco de vinilo, muéstrelo ahora.) Un registro fonográfico es un disco redondo con un agujero exactamente en el centro. Cuando se coloca sobre el plato giratorio, comienza a dar vueltas y ofrece hermosas melodías. Supongamos que ese agujero, en lugar de estar ubicado en el centro, estuviera a un costado del disco. ¿Qué pasaría con la música?
(Escuche las respuestas de los alumnos.) Cuando alejamos a Dios del centro de nuestra vida, nos desafinamos tanto como un disco descentrado. No logramos funcionar de acuerdo con el diseño con el que fuimos creados. Seguimos actuando erróneamente. En cambio, con Dios en el centro, nuestra vida se afina en el tono perfecto y logramos producir cosas hermosas.
¿Cómo podemos poner a Dios en el centro? Primero, debemos aprender a conocerlo y descubrir cómo es Él.
Luego necesitamos saber cómo le gustaría que seamos nosotros. Tenemos que estudiar su Palabra, prestar atención a sus instrucciones y obedecerlas.
Estudiar la Palabra de Dios es, en cierta manera, como estudiar un manual de instrucciones. (Muestre un manual y mencione algunos de los problemas que se presentan cuando no se siguen las instrucciones.) Por ejemplo, si compramos un móvil, necesitamos estudiar cuidadosamente el manual para obtener el mayor rendimiento. Desearemos saber qué cuidados requiere para que dure más tiempo y funcione mejor.
Dios es nuestro Creador. Su Palabra, la Biblia, es su "Manual de Instrucciones" para nuestra vida. Cuando obedecemos sus indicaciones y tomamos decisiones que están de acuerdo con sus planes, le estamos dando el primer lugar en nuestra vida. Y darle a Dios el primer lugar no interfiere con la verdadera felicidad. Podemos confiar en él.
Nuestra búsqueda de hoy está relacionada con algunos personajes bíblicos que dieron o no dieron a Dios el primer lugar en su vida.
Estas historias son importantes porque nos ayudan a tomar nuestras propias decisiones en favor de Dios.
En esta actividad daremos cinco o seis pistas para cada personaje bíblico. Cada equipo obtendrá tres puntos si acierta durante las dos primeras pistas, dos puntos si acierta al oír la tercera o cuarta pista, y un punto si descubre al personaje después de conocer la quinta o sexta pista.
Recibiréis un punto adicional los que indiquéis el capítulo donde se encuentra la historia (podéis usar la concordancia) y otro punto cuando defináis si ese personaje le dio o no a Dios el primer lugar en su vida.
Anima a tus alumnos a dar respuestas espontáneas —falso o verdadero—. Las primeras pistas deben ser ambiguas; no las hagas fáciles, a menos que tu clase realmente necesite ayuda. Las últimas pistas son más específicas.
(Ella cocinó los últimos alimentos que tenía para dárselos al profeta, y Dios le proveyó comida para ella, su hijo y Elias, hasta que terminó la sequía).
(Juan es el único que menciona al niño. Él entregó a Jesús su escasa merienda y Jesús la multiplicó y alimentó con ella a más de 5.000 personas).
(Saúl luchó contra los amalecitas tal como le fue indicado, pero no los destruyó totalmente. Conservó los mejores animales para sacrificarlos y culpó al pueblo por su desobediencia).
(Ellos prefirieron ser arrojados al horno de fuego ardiente antes que adorar la imagen, y Dios los salvo).
(Judas protestó cuando María ungió los pies de Jesús. Este discípulo permitió que su amor al dinero se interpusiera entre él y su Señor).
(Moisés prefirió abandonar las cortes egipcias para dirigir al pueblo de Dios).
(Ester se presentó ante el rey y le pidió que perdonara la vida de su pueblo, aunque ella corrió el riesgo de perder su propia vida al ir a ver al rey).
(Naamán se enojó porque Elíseo no fue a verlo personalmente paró pedirle a Dios que lo sanara. Sus siervos lo animaron a obedecer y a sumergirse en las barrosas aguas del Jordán, y él se sanó).
(Ellos simularon entregar todo el dinero que habían obtenido por la venta de su propiedad, pero retuvieron una parte del total y por causa de ese engaño, ambos murieron).
Una vida separada de Dios es una vida egoísta. Cuando le damos a Dios el primer lugar, comenzamos a pensar más en los demás y menos en nosotros mismos. Al resolver el laberinto, observa cómo van cambiando los pensamientos de una persona que pone a Dios en el centro de su vida.
Dios nos ha dado la libertad de escoger a quien pondremos en el centro de nuestra vida. Gracias a esa libertad, podemos hacer nuestra elección basándonos en el amor y no en el temor. Cuando Dios es lo primero para nosotros, nuestra vida tiene sentido, y podemos vivirla como el Creador planeó que lo hiciéramos. Al darle a Dios el primer lugar disfrutamos de paz mental y confianza. Tomemos hoy la decisión: Dios es lo primero.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "El administrador de Dios".
El término "mayordomo" no se usa mucho en la actualidad. ¿recordáis algunas tareas relacionadas con esa palabra? (Escucha las respuestas de tus alumnos). Si visitáramos una mansión o una casa de personas acaudaladas, encontraríamos allí al jefe de los criados, que tiene el título de "mayordomo”.
La Biblia da una aplicación similar a esa palabra. El mayordomo bíblico es el empleado más importante de un hombre que posee muchos bienes. Sin embargo, a la persona que ejerce esa función en la actualidad se la conoce como "gerente" o "administrador". El administrador supervisa la labor de los sirvientes y empleados, controla los asuntos financieros, cobra los alquileres, lleva la contabilidad, hace las compras, y en general, se ocupa de la buena marcha de todos los asuntos domésticos de su empleador.
El funcionario equivalente actual se desempeña en las tiendas y los restaurantes modernos. Existen también cadenas de tiendas que cuentan con centenares de sucursales en diferentes lugares de un mismo país o incluso en diferentes países. Cada sucursal tiene su propio gerente que dirige las operaciones siguiendo las instrucciones de la empresa. Los buenos administradores son necesarios e importantes, ya que deben representar adecuadamente la imagen de su empresa.
Si no lo hacen, se los reemplaza de inmediato.
Puedes invitar a un gerente para que dé una charla, preséntelo ahora.
¿Os gustaría trabajar como administradores? Es una posición que ofrece grandes satisfacciones a las personas que están dispuestas a trabajar mucho y a asumir responsabilidades.
¿Sabéis que vosotros ya sois administradores? Dios es el Dueño de todas las cosas, y nos ha dado la responsabilidad de administrarlas.
Vamos a leer Génesis 1:25-27. Dios puso este mundo bajo la supervisión y el cuidado del hombre. Tal como sucede en las grandes tiendas, donde todo deber ser supervisado por el gerente general. El Creador nos hizo seres inteligentes, con la facultad de pensar y tomar decisiones correctas.
Y desea que usemos esa inteligencia para administrar con sabiduría lo que nos ha dado. Aunque está dispuesto a ayudarnos, él no tomará las decisiones en nuestro lugar. A nosotros nos toca decidir cómo administraremos nuestra vida. El gerente de una tienda planifica distintos métodos para mejorar sus negocios, pero está limitado por las normas de su compañía. Cada compañía tiene sus propios productos, diseños y carteles de identificación e incluso cuenta con un estilo propio para los uniformes de sus empleados.
Dios nos concede mucha más libertad. Él quiere que seamos individuos con una personalidad propia, diferente unos de otros. Desea que seamos creativos, y que lo sirvamos de acuerdo con nuestra manera de ser.
Como administradores de Dios, queremos representarlo bien, así como el gerente de una tienda procura dar una imagen correcta de la empresa que representa.
¿Creéis que el gerente de una tienda desea que su compañía complazca al público? ¿Por qué?
Si. Porque si los clientes están satisfechos, comprarán sus productos, y su propio sueldo mejorará. Y los administradores de Dios, ¿desean que las personas se sientan a gusta con Él? ¿Por qué? Si en verdad amamos a Dios, desearemos qué otras personas también lo amen y confíen en Él.
Analicemos ahora algunas de las "normas empresariales" que debe observar un cristiano. (Comente ciertos conceptos, tales como la honestidad, una actitud correcta hacia la gente, el uso cuidadoso de los recursos naturales, la bondad hacia los animales, la contabilidad, el apoyo a la obra de Dios, la obediencia a sus mandamientos, el cuidado de nuestro cuerpo, y cualquier otro tema que sugieran los alumnos.) Los menores y adolescentes no necesitáis administrar tantos aspectos como los adultos; a medida que crecemos, vamos asumiendo mayores responsabilidades.
¿Cuáles son las áreas que vosotros tenéis que administrar ahora? (el tiempo, la asignación que reciben para sus gastos, la ropa y la pulcritud personal, la salud, la habitación, los animales domésticos.) ¿Y qué otras áreas comenzaréis a administrar probablemente dentro de cinco o diez años? (La elección de una carrera universitaria y de una profesión, los ingresos económicos, el hogar, el transporte, el matrimonio, la familia.) Este es el momento de aprender para el futuro. Al aprender a administrar lo que tenéis ahora, os preparáis para administrar las responsabilidades que se os presentarán cuando seáis adultos.
La Biblia contiene relatos y consejos específicos acerca de la administración. Usa la palabra "mayordomo" o "siervo" en lugar de "administrador" o "gerente". En los tiempos bíblicos, el puesto de mayordomo era muy apreciado y codiciado, porque proporcionaba honor y prestigio. Vamos a ver algunas historias que contó Jesús sobre mayordomos y siervos.
Este es un ejercicio bíblico abierto. Os voy a dar la referencia del pasaje del cual provienen las preguntas.
Cada respuesta acertada gana de uno a cuatro puntos.
Tan pronto como conozcáis la respuesta, levantáis la mano. El lado que responda primero obtendrá el punto. (Si te parece conveniente, puedes designar a una persona para que observe quién levanta primero la mano).
R: Despilfarró los bienes de su amo; versículo 1.
R: También será fiel; versículo 10.
R: Cavar la tierra y pedir limosna; versículo 3.
R: "Las verdaderas riquezas" y "lo que os pertenece"; versículos 11 y 12.
R: Dios y las riquezas. Porque odiará a uno y amará al otro. Los dos se oponen entre sí y no pueden estar ambos en primer lugar; versículo 13.
R: Diez mil talentos/varios millones de euros; versículo 24.
R: Ordenó que vendieran al siervo junto con su esposa y su familia, para pagar la deuda. El señor le perdonó la deuda; versículos 25-27.
R: Sus consiervos; versículo 31.
R: Fue entregado a los verdugos, lo que era mucho peor que si lo hubieran vendido con toda su familia como esclavos; versículo. 34.
R: Si no perdonamos, Dios tampoco nos perdonará. Acepte cualquier significado similar; vea el versículo 35.
R: Tres; versículo 15.
R: El hombre que tenía cinco talentos y el que tenía dos negociaron con su dinero y lo duplicaron. El que tenía un solo talento lo enterró; versículos 16 al 18.
R: "Siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste"; versículo 24. El Señor dijo que era cierto; versículo 26.
R: Ser un siervo bueno y fiel; versículos 21 ó 23.
R: Darlo a los banqueros para que cuando el señor regresara pudiera cobrar el dinero con los intereses; versículo 27.
R: Tiempo, energía, buen humor, esmero en el trabajo, simpatía, inteligencia, buena coordinación y fortaleza física, facilidad para hablar, influencia, salud, dinero, etc. (Dé los puntos por cualquier respuesta razonable.
El administrador de Dios
Durante el desarrollo del tema mencionamos que, así como una compañía grande tiene ciertas normas que rigen sus actividades, Dios también tiene sus "normas empresariales". A través de ellas sabemos cómo desea que actúen sus hijos y qué deben hacer para que todos sepan que pertenecen a Dios. Un medio excelente para descubrir esas "normas" es leer el Sermón del Monte, que se encuentra en Mateo 5, 6, y 7.
Para completar el siguiente ejercicio necesitas una regla, un bolígrafo, y una Biblia. Traza cuidadosamente una línea recta desde el punto que está cerca de cada versículo hasta el punto que está junto a las palabras que resumen más apropiadamente el mensaje de este versículo. Si lo completas de manera correcta, esas líneas formarán una figura.
Con tus propias palabras, menciona otras cinco "normas empresariales" de Dios que aparecen en el Sermón del Monte.
Mateo 5:16 | Haz brillar tu luz |
Mateo 5:22 | No te enojes |
Mateo 5:34 | No jures |
Mateo 6:14 | Perdona a los demás |
Mateo 6:20-21 | Guarda tu tesoro en el cielo |
Dios es el dueño. Nosotros somos los administradores. Sólo cuando Dios es lo primero para nosotros y cuando administramos nuestra vida de acuerdo con sus "normas empresariales", podemos ser realmente felices. Un buen administrador, o gerente, es fiel tanto en las cosas pequeñas como en las grandes. Es honesto y confiable. Somos mayordomos y se nos ha confiado mucho. Mucho es también lo que se espera de nosotros, y debemos mejorar fielmente los talentos que hemos recibido. Oremos juntos ahora para pedir sabiduría y el deseo de hacer lo mejor para Dios.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "El Mantenimiento del Equipo". Hasta ahora en el cartel tema teníamos los engranajes. "El Creador y Dueño", "Primero Dios", "El Administrador de Dios". Hoy colocaremos uno nuevo titulado "El Mantenimiento del Equipo". Tiene que ver con nuestra salud. Vamos a tratar de imaginar qué relación tiene este engranaje con los demás.
(Muestra una Tablet o, si no tienes una a mano, un teléfono móvil) ¿Qué es esto? (Escuche las respuestas). ¿Para qué sirve? (Permite navegar por Internet, ver vídeos, chatear con los amigos, …). Este equipo se llama Tablet [o Smartphone, si has usado un móvil]. Usa las ondas para captar una señal WiFi o de Telefonía (a través de una tarjeta telefónica). Este aparato está formado por cientos de componentes electrónicos muy muy pequeños. Cada uno de ellos cumple una tarea específica, y todos deben funcionar perfectamente.
Cuando una pieza se estropea, aunque el resto de los componentes estén en excelente estado, ya no es posible utilizar correctamente el aparato.
¿Qué más necesitamos para poder ver, por ejemplo, un vídeo de YouTube? (Una empresa que pone a nuestra disposición ordenadores especiales, discos donde almacenar muchísima información, páginas web y programas para mostrar los vídeos, un equipo de técnicos para el mantenimiento tanto de los programas como de los ordenadores, … Si conoces bien el tema, puedes añadir los detalles que te parezcan convenientes). A este tipo de empresas se la conoce como “Servidores de contenidos”.
Todo este sistema es muy complejo y delicado. Hay que mantener todo en las mejores condiciones. Un pequeño fallo en un ordenador o en un programa puede hacer que todo se quede “colgado” y no podamos visualizar ningún vídeo. Por supuesto, ninguno de los técnicos querría hacer su trabajo despreocupadamente, o dejar cables sueltos en los ordenadores, ni usar materiales defectuosos.
Este tipo de empresas y equipos han sido diseñadas con un propósito.
Deben cumplir una función: la comunicación. YouTube ofrece entretenimiento e información a millones de personas. Esta información nos ayuda a conocer mejor este mundo y sus habitantes.
Nuestro cuerpo ha sido diseñado para cumplir no sólo una función, sino muchas diversas funciones. Es el "equipo" que nos permite comunicarnos con el mundo exterior. A través de él podemos recibir y procesar información. También nos permite manipular el ambiente que nos rodea. Gracias al cuerpo podemos hacer cosas. Nos convierte en seres humanos. Los cinco sentidos, los músculos y los huesos, el maravilloso cerebro y todo esto forma parte del complejo y delicadísimo equipo que Dios nos ha otorgado. Dentro de este maravilloso cuerpo, podemos realizar cualquier cosa. Casi no hay límites para lo que el hombre puede lograr cuando tiene salud y trabaja correctamente.
El propietario de una empresa servidora de contenidos (como la ya mencionada YouTube), espera que sus técnicos conserven todo su equipo y programación en las mejores condiciones, así como nosotros lo hacemos con nuestra Tablet [o teléfono móvil]. De la misma manera, Dios espera que cuidemos lo mejor posible el cuerpo que él nos ha dado. En el principio, él creó al hombre perfecto. Aún en un mundo pecador, la mayoría de los seres humanos todavía nacemos con un cuerpo sin defectos. Dios desea que lo cuidemos, porque tendrá que servimos por el resto de nuestra vida.
En cierto sentido, la salud es otro de los campos de batalla del gran conflicto entre Cristo y Satanás.
Veámoslo de esta manera. El cuerpo es el único lugar donde la mente puede habitar. ¿Correcto? Si el cuerpo está sano, los canales de comunicación se mantienen limpios y podemos pensar con claridad. Si está enfermo, ¿cuáles son nuestros pensamientos? Están relacionados con lo mal que nos sentimos. Y si tomáramos bebidas alcohólicas o drogas, no podríamos pensar en absoluto. Jesús no logra penetrar en una mente embotada. El cuerpo es el único medio a través del cual Dios se comunica con nosotros. Por eso desea que lo mantengamos sano y despejado. Quiere que nuestro cerebro esté alerta, y no entorpecido por las drogas, el consumo excesivo de azúcar, la falta de sueño o alguna enfermedad. Si nuestro cuerpo y nuestro cerebro se conservan sanos, estaremos en mejores condiciones de comprender cuánto nos ama Dios. Pero Satanás quiere que nos enfermemos, y hace todo lo posible por ocasionarnos dolor y enfermedad. Él tienta a las personas para que dañen su cuerpo, impidiendo de ese modo que Dios llegue a su corazón.
Cada empresa servidora de contenidos cuenta con un dueño o equipo de Administración y un gerente. Una de las tareas del gerente es asegurarse de que los técnicos mantengan todo el sistema en excelentes condiciones. Dios es como el dueño de la empresa, porque le pertenecemos. Nosotros nos parecemos al gerente. El Señor nos ha confiado lo tarea de administrar la salud de nuestro cuerpo. Esto es una parte muy importante en la obra de un mayordomo o administrador de Dios.
Comenta con tus alumnos las cosas que pueden hacer para tener buena salud. Por ejemplo, comer alimentos saludables, descansar, usar ropa apropiada, etc.
Divide la clase en grupos de dos o tres alumnos; cada uno debe tener una Biblia, un lápiz y papel. Puedes elegir entre, copiar los versículos y los espacios en blanco en la pizarra, o darle a cado alumno uno copia de la lista. Al confiarnos la administración de nuestra salud Dios nos dio instrucciones para que podamos cumplir con ese cometido. En el ministerio de curación, pág. 89, se mencionan los ocho secretos de la buena salud. Vamos a descubrir esos secretos usando las pistas que hallamos en la Biblia.
Cado grupo debe trabajar en forma independiente.
Pueden usar los versículos como pistas para buscar los ocho secretos de la buena salud. Si lo deseas puedes ofrecer un pequeño premio al primer grupo que complete correctamente su tarea.
En cada uno de los versículos siguientes hay por lo menos una palabra que se encuentra también en uno de los ocho secretos de la buena salud. Están en orden. Para el número tres, usamos un sinónimo (una palabra diferente con el mismo significado).
"El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos" (El ministerio de curación, pág. 89).
(Sí queda tiempo, comente estas normas de salud y por qué son importantes cada una de ellas).
Los secretos de la buena salud
Busca en esta sopa de letras las palabras de la lista. Contiene los ocho secretos de lo buena salud junto con las palabras de 3 Juan 2: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospero tu alma”. Se encuentran en todas las direcciones.
Tú y yo somos valiosos. Jesús nos compró con su propia vida, y por eso somos importantes para él.
Leemos 1 Corintios 6:19,20. Él nos ama y quiere que lo sepamos, y que disfrutemos de salud y felicidad.
Precisamente por eso espera que administremos con sabiduría nuestra salud y nuestra mente. Dañar el cuerpo es un pecado que nos separa de Dios. Nada debe interponerse entre él y nosotros. Nuestros hábitos de salud son fundamentales para mantener una buena relación con él.
Así como Daniel decidió no contaminarse con la comida y la bebida del rey, nosotros también podemos decidir que no contaminaremos nuestro cuerpo. Dios nos ayuda a evitar el uso de bebidas alcohólicas, tabaco, y drogas. También nos enseña a comer, trabajar y descansar inteligentemente, a fin de mantener la mente despejada y nuestras fuerzas y salud en las mejores condiciones. Lo hacemos así porque somos sus administradores.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "El uso del tiempo". El engranaje de hoy se titula: El uso del tiempo.
Veamos qué relación tiene con la manera en que administramos nuestra vida.
"¿Amas tú la vida? Entonces no desperdicies el tiempo, porque de ese elemento está compuesta la vida" (El almanaque del pobre Ricardo).
¿Alguna vez sentisteis deseos de ir a alguna "Tienda del Tiempo" donde pudierais comprar tiempo extra para usarlo como os dé la gana? El problema es que cada día sólo cuenta con un tiempo limitado y cuando se pasa, el día termina. No se puede estirar, encoger, intercambiar o reemplazar. La historia de nuestra vida se forma según el uso que le damos al tiempo que disponemos cada día. El pasado sólo vive en la memoria. El futuro, es la esperanza. Todo lo que tenemos en realidad es el hoy, el ahora. Podemos desperdiciarlo o usarlo con sabiduría.
¿Sabéis que a Dios le interesa el uso que le damos al tiempo? "Nuestro tiempo pertenece a Dios”.
“Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne obligación de aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que él nos haya dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo" (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 277).
El hecho de que a Dios le interesa cómo usamos nuestro tiempo, no significa que debamos dedicarnos permanentemente a los cultos de adoración o al trabajo. También necesitamos tiempo para descansar y relajarnos, para las amistades y la recreación.
Ahora escribiremos una lista de las distintas cosas que los jóvenes cristianos pueden hacer con su tiempo. Haz una lista con las sugerencias de los alumnos. Recuerda que debe incluir el trabajo, el descanso, el estudio, el desarrollo personal, los cultos de adoración, el servicio a los demás. Comenta brevemente la importancia de cada aspecto en particular. Puedes darles la hoja de abajo para que rellenen ellos con las actividades a las que les dedican tiempo.
La administración del tiempo es una parte muy importante de nuestra mayordomía. Y es también una de las más difíciles de aprender. Ahora mismo ocupa un lugar importante en la formación de cada uno de vosotros. Hace apenas unos pocos años, vuestros padres y maestros os indicaban lo que teníais que hacer y cuándo convenía que lo hicierais. Pero a medida que habéis ido creciendo, tuvisteis que aprender a administrar cada vez más vuestro tiempo.
¿Te resulta difícil cumplir tus obligaciones? ¿Te parece que nunca tienes tiempo para hacer lo que te gusta, y que a todo el mundo le pasa lo mismo? Quizá te haga falta revisar tu tiempo y la manera cómo lo usas.
Veamos ahora cuánto tiempo sin programar tenéis como promedio. El primer paso será descubrir cuánto tiempo hemos programado para este día.
Pide los totales del "tiempo sin programar".
Pregúntales a los alumnos que han obtenido las cifras más altas, si se dan cuenta de que les queda mucho tiempo libre o si lo ocupan con otras cosas. ¿Cuánto tiempo os lleva hacer los deberes escolares? ¿Cuánto pasáis en Facebook, youtube, etc? ¿Con otras actividades? ¿Os parece que podéis administrarlo mejor, o creéis que lo estáis haciendo bien? Pregúntale al alumno que está más ocupado, si le queda tiempo para la recreación. ¿Hace sus tareas escolares en su casa o en la escuela, y si es así, cómo? ¿Está satisfecho con su programa de actividades? ¿Lo cambiaría si pudiera?
Si los jovencitos de tu clase no responden a ese tipo de preguntas personales, inventa el horario de un alumno imaginario y pídeles a tus alumnos que hagan sugerencias para mejorarlo o cambiarlo. Puedes lograr los mismos resultados sin que ninguno se sienta avergonzado o afectado.
Hemos descubierto que, aunque todos contamos con la misma cantidad de tiempo, 24 horas por día, algunas personas disponen de más tiempo libre que otras. Uno de los mejores métodos para aumentar el tiempo libre es hacer el trabajo lo más rápidamente posible. ¿Esto les resulta difícil? ¿Alguna vez habéis tardado una hora para lavar y secar los platos, cuando podríais haber terminado la tarea en 15 minutos? ¿Por qué tardasteis tanto?
La razón de la demora es que, en primer lugar, no teníais ganas de hacer ese trabajo. Y prolongar "eternamente" una tarea aburrida o desagradable es una de las maneras más comunes de estropear el día. Casi todos hemos pasado alguna vez por esa experiencia. Es importante que comprendamos que cuando alargamos demasiado un trabajo, nos estamos robando nuestro propio tiempo libre. Pero cuando cumplimos rápidamente con nuestro deber, lo que en realidad hacemos es ahorrar tiempo para ponerlo en nuestro propio bolsillo.
Trabajar con eficiencia no es un don natural. Es una ciencia, y como tal requiere un aprendizaje y mucha práctica. Sin embargo, la eficiencia es una habilidad que vale la pena adquirir. Los empleados eficientes son los que reciben los aumentos de sueldo. Los jovencitos que cumplen rápidamente con las tareas a su cargo, tanto en el hogar como en la escuela, son los que tienen tiempo libre para disfrutar de sus deportes y pasatiempos favoritos, y de la compañía de sus amigos.
Uno de los elementos indispensables para administrar bien el tiempo es la preparación de un horario como éste. No os será difícil preparar uno. Planifícalo con tus padres, y luego colócalo en un lugar visible, donde puedas verlo todos los días. Distribuye las copias al terminar la clase, para no distraer antes la atención de los alumnos.
Incluye en tu horario todas tus actividades regulares, tales como la escuela, las comidas, la hora de acostarse. Determina un horario fijo para el culto personal, la práctica de música, las tareas escolares y las domésticas. Si cumples con estas responsabilidades todos los días a la misma hora, te será más fácil recordarlas. Calcula sólo el tiempo necesario para realizar el trabajo. Puedes codificar los casilleros de las horas pintándolos con diversos colores. Destaca tu “tiempo libre” usando tu color favorito. Este tiempo te pertenece para disfrutarlo.
La administración del tiempo, sin embargo, involucra mucho más que preparar un horario y aprender a trabajar. ¿Qué os gustaría ser en la vida? Planificad lo que deseáis hacer y ser, así como los pasos que tendríais que dar para lograrlo. Luego con la ayuda de Dios, comenzad a trabajar para cumplir con el plan.
Todos los días haced algo para avanzar en vuestro objetivo.
Controlad el tiempo que usáis hoy y controlaréis su futuro. Dios espera que usemos nuestra inteligencia para hacer algo especial con nuestra vida. Aunque él tiene un plan para nosotros, nos da la posibilidad de que elaboremos nuestros propios objetivos y que hagamos cosas interesantes y valiosas. Dios desea que nos fijemos un blanco elevado, para que cada uno de nosotros llegue a ser el mejor en la actividad que realiza.
Esta es la manera de administrar nuestro tiempo para Él.
Esta actividad está basada en la palabra "tiempo" y les da a tus alumnos la oportunidad de trabajar para ganar tiempo. Divide la clase en dos equipos. Designa a dos personas, una para controlar el tiempo y otra para llevar los puntos.
Tenemos aquí una lista de textos bíblicos. Cada uno menciona la palabra "tiempo", y contiene una pista de una historia conocida. El objetivo de esta actividad es que, dentro de un tiempo límite, vosotros nombréis a todos los personajes que recordáis de la historia correspondiente a ese texto.
Si tus alumnos conocen bastante la Biblia, léeles los versículos sin decirles dónde se encuentran. Si te parece que necesitan más ayuda, dales la referencia, e incluso di les de qué historia se trata.
El método es el siguiente. El director lee los versículos. El que controla el tiempo dice "Ya". Los alumnos del primer equipo comienzan a citar los nombres de todos los personajes que recuerdan de la historia bíblica correspondiente. La persona que controla el puntaje asigna al equipo un punto por cada nombre correcto. Al terminar los 60 segundos (o el límite de tiempo establecido previamente), el que controla el tiempo dice "Basta". Ha llegado el momento de que el otro equipo comience a dar los nombres de los personajes de la siguiente historia. Pueden usar las Biblias si lo desean. Los nombres que se mencionan antes de la orden: "Ya", no cuentan para el puntaje. (Debido a que las respuestas pueden ser muy diversas, no las incluimos aquí. Si te parece conveniente, podrías autorizar al equipo contrario a decidir en el caso de que alguna respuesta no sea correcta.
Es muy importante el tiempo y el uso que hacemos de él. Cada reloj indica un versículo de la Biblia que nos dice cómo desea Dios que usemos el tiempo que nos da. El nombre del libro está escrito en el reloj. La manecilla horaria indica el número del capítulo, y el minutero señala el versículo. Busca el versículo, y resume en una palabra o dos la actividad que recomienda ese pasaje.
Respuestas:
Eclesiastés 5:12; | 1 Dormir |
Deuteronomio 12:7; | 2 Comer y alegrarse |
2 Tesalonicenses 3:10; | 3 Trabajar |
Juan 4:23; | 4 Adorar |
2 Corintios 1:4; | 5 Consolar a otros |
Salmos 5:11; | 6 Regocijarse |
Salmos 9:11; | 7 Cantar |
2 Timoteo 2:15; | 8 Estudiar |
Mateo 6:9; | 9 Orar |
Vosotros y yo pertenecemos a Dios, no sólo porque él nos ha creado, sino también porque nos ha redimido. Nuestra vida es un don que está compuesto de tiempo.
El uso que le damos al tiempo muestra si aceptamos o no que Dios sea nuestro dueño. Además de pedirnos que le devolvamos el diezmo, ha separado una séptima parte de nuestro tiempo para que lo dediquemos a él. Ambas cosas demuestran que estamos de acuerdo en pertenecerle.
Pero Dios nos pide que también administremos sabiamente el resto del tiempo. Espera que mejoremos esa administración a tal punto que el mundo y el reino de Dios lleguen a ser mejores por nuestra presencia aquí. Como administradores del tiempo que Dios nos da, necesitamos planificar nuestra vida. Él espera que sean vidas plenas, productivas y felices. Con su ayuda, tomemos la decisión de controlar nuestro tiempo y administrarlo con sabiduría.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje del diezmo. Como os dais cuenta al ver el engránale con el sobre de diezmo, hoy comentaremos el aspecto financiero de nuestra relación con Dios.
Deca- es un prefijo que significa "diez". Un decágono es una figura geométrica que tiene 10 lados. Una década es un período de diez años. ¿Y qué es el Decálogo? (Los Diez Mandamientos.) Los langostinos y los cangrejos pertenecen al género de los Decápodos, que quiere decir "diez pies". ¿Cuántos eventos deportivos se realizan en el decathlon olímpico? (10.) Un prefijo similar es la palabra deci- que significa "décima parte". Un decigramo es la décima parte de un gramo. Un decimal permite hacer cálculos sobre lo base de décimos. El término "decimal" proviene literalmente de un incidente histórico, cuando uno de cada diez soldados era condenado a muerte.
Este ejército era diezmado. Hoy usamos la palabra "diezmar" para referirnos a la destrucción de una cantidad grande de personas. Pero los diccionarios también relacionan esa palabra con la entrega de una décima parte de los ingresos a la iglesia, y con sacar o separar uno de cada diez.
Cuando vosotros dais el diezmo, ¿sentís que vuestros ingresos se reducen, es decir, que son diezmados? El hecho de devolverle a Dios diez céntimos de cada euro, o un euro de cada diez, podría resultar un tanto difícil cuando nuestros ingresos son escasos. ¿Cómo es que los adventistas toman la decisión de dar el diezmo, aun en esas circunstancias? Para descubrir la respuesta, vamos a hacer una pregunta antigua, y la responderemos con un estudio bíblico aquí mismo.
Asígnale un versículo a cada alumno, para que tenga preparada la respuesta cuando tu hagas las preguntas.
El concepto actual acerca del yo es muy amplio. Los psicólogos modernos dicen que debemos aprender o querernos. Es necesario que tengamos noción de nuestro propio valor, de nuestra dignidad. Hay dos modos de lograrlo: uno verdadero y otro falso. Y, creéroslo o no, el diezmo está relacionado con la verdadera "autoestima".
La autoestima falsa se llama orgullo. El orgullo dice: “Yo he llegado a ser lo que soy por mis propios esfuerzos. El mundo me pertenece. No necesito a nadie. Hago lo que se me da la gana”. El orgullo no devuelve el diezmo, porque no reconoce que pertenece a Dios o que necesita su presencia y su ayuda. El orgullo es una actitud inventada por Satanás.
La verdadera autoestima se llama dignidad. La dignidad dice: "Yo tengo valor porque Dios me ama. El me creó. Me redimió. Necesito que él guíe mi vida en este mundo, y deseo ir al hogar celestial con Él." La dignidad devuelve el diezmo a Dios como un acto de amor, gratitud y confianza. Dios nos ha prometido que los nueve décimos restantes nos alcanzarán para cubrir nuestras necesidades. Los que creen en esta promesa confían en que Dios los cuidará. La devolución del diezmo es una manera de decirle a Dios "Creo en tu promesa, Señor. Confío en ti." ¿Se reducen nuestros ingresos cuando devolvemos el diezmo? ¡Ciertamente no! Nuestros ingresos, con la bendición de Dios, se acrecientan cuando los diezmamos. Tal vez deberíamos usar el prefijo deca- en lugar de deci-. A pesar de que los ingresos diezmados no son 10 veces mayores, son 10 veces mejores que si no fueran diezmados. ¡Son bendecidos!
Nuestra búsqueda de hoy consiste en un pequeño ejercicio imaginario relacionado con el diezmo y con seguir ciertas instrucciones. Veamos si acertáis la respuesta. (No adelantes ninguna respuesta hasta que todos hayan concluido).
Este acertijo contiene muchas de las palabras de Malaquías 3:10 (aunque no todas). Procura descubrir todas las que puedas. Al encontrar una palabra táchala de la lista. Las palabras son:
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Nosotros no "pagamos" el diezmo. No podemos hacerlo porque ese dinero nunca fue de nuestra propiedad. Lo que hacemos es "devolverlo". Dios nos concede este privilegio, para que podamos participar en su obra. Aquel que lo posee todo y que nada necesita, ha elaborado un plan para que nosotros, que nada poseemos y que necesitamos todo, podamos colaborar con él. Ese plan nos ayuda a sentir autoestima, y reconocer nuestra propia dignidad. Dios podría realizar su obra sin nosotros. Pero quiere que disfrutemos del gozo que se siente al ayudarlo.
Devolver el diezmo es también una manera de decir: "Dios me da lo que necesito en abundancia. No preciso acumular bienes en secreto. No tengo por qué preocuparme. Él ha prometido cuidarme y yo confío en su palabra." Al devolver el diezmo reafirmamos nuestra confianza en él. Dios ha prometido abrir las ventanas de los cielos y derramar sobre nosotros más bendiciones de las que podemos recibir.
Al entregaros este sobre especial de diezmo, os invito a uniros a mí para que juntos hagamos un voto de confianza plena en Dios.
Ejercicios para imprimir:
La semana pasada aprendimos que debemos devolverle a Dios algo que le pertenece: el diezmo. Esta semana estudiaremos qué otra cosa podemos "darle" a Dios, además del diezmo.
Había una vez, hace mucho tiempo, en medio de las altísimas montañas, un pequeño manantial. Día tras día y noche tras noche, sin cesar, daba agua dulce, fresca y limpia. El ciervo, los zorros y los pájaros la bebían y eran felices.
El agua clara del manantial fluía a través de un pequeño arroyo que día tras día y noche tras noche, sin cesar, transportaba el agua limpia y fresca entre las rocas y los rápidos hacia las llanuras. Cantaba mientras corría, y los peces, los insectos y los sauces vivían allí y eran felices. En el bellísima lago había muchísimos peces. A los niños les gustaba nadar en ese lugar. Los hombres disfrutaban recorriéndolo en sus botes. Pero el agua fresca y cristalina no se quedaba detenida en el lago.
Salía de él a través de grandes turbinas que giraban y giraban para llevar electricidad a una ciudad cercana.
Día tras día y noche tras noche, sin cesar, el lago daba sus aguas. Las casas tenían luz, en las escuelas y las tiendas había calor y frescura, y la gente era feliz.
El agua seguía corriendo durante muchos kilómetros, hasta llegar o un territorio desértico y caluroso. Allí desembocaba en otro lago, distinto del anterior. En sus orillas no crecía el pasto. No se veían aves acuáticas en sus lagunas. Ni siquiera había peces nadando en sus profundidades. Este enorme lago no daba sus aguas, sino que las retenía para sí. Por eso, el agua se tornó salada y fétida. No servía para nada.
John Wesley dijo: “Haz todo lo que puedas, ahorra todo lo que puedas, da todo lo que puedas; haz todo el bien que puedas, de todas las maneras que puedas; a todas las almas que puedas, en todos los lugares que puedas, en todas las ocasiones que puedas, con todo el celo que puedas y mientras puedas”. Martín Lutero afirmó: “Cada hombre necesita pasar por dos experiencias de conversión: la primera, la de su corazón; la segunda la de su bolsillo”. San Agustín declaró: “La pobreza es la carga de algunos, y la riqueza es la carga de otros, tal vez la mayor carga de las dos... Comparte la carga de la pobreza de tu prójimo, y permítele que él comparta la carga de tu riqueza. Al aliviar su carga, aliviarás la tuya”. La semana pasada hemos estudiado el tema del diezmo. Es necesario dar el diezmo, aunque en realidad le pertenece a Dios. Se trata, sencillamente, de devolverle algo que es suyo.
Esta semana hablaremos de la posibilidad de dar más allá del diezmo, para la obra de Dios. Esto lo hacemos cuando ayudamos a aliviar las necesidades del ser humano, o a difundir el Evangelio, o a sostener la obra de la iglesia, pero únicamente por amor: dando del dinero que nos resta, el que Dios dice que es nuestro, y no el que le pertenece a Él.
¿Qué actitud tenéis con respecto a las bendiciones divinas? ¿Eres un canal o un recipiente? ¿Cuál es la diferencia? Un canal, al igual que el río recibe y da continuamente. Un recipiente recibe hasta que se llena. No puede contener más que su medida.
¿Cuántos de vosotros tenéis una manguera en vuestra casa? ¿La habéis usado para regar las plantas o lavar otras cosas? Cuando el agua salía de la manguera, fresca y clara, ¿bebieron alguna vez? ¿Les resultó refrescante?
Cuando llega el otoño, sus padres, probablemente, enrollaron la manguera y enroscaron los dos extremos entre sí antes de guardarla hasta que pasase el invierno. En primavera, al ir a buscarla, a veces descubren que ha quedado un poquito de agua en su interior, desde el verano pasado. ¿A alguno de ustedes le gustaría beber esa agua? ¿A ninguno? ¿Por qué no? ¿Qué diferencia tiene con la otra?
Dios nos da continuamente sus bendiciones. Si nos convertimos en canales por donde circulan los dones de Dios, nuestras vidas serán plenas, refrescantes y útiles. Pero cuando nos negamos a dar, nos estancamos, nos volvemos egoístas y sólo nos servimos a nosotros mismos.
No es difícil practicar la verdadera dadivosidad. Es como una respuesta nacida del amor y de un corazón agradecido. La verdadera gratitud necesita encontrar una manera de expresarse. ¿Alguna vez os habéis sentido realmente agradecidos? Los justos necesitan hacer algo para expresar su gratitud.
Si se os perdiera su perro y alguien os avisara que lo ha encontrado, os sentiríais muy felices de dar una recompensa a la persona que os devolvió a vuestro animalito. Si sufrierais de cáncer y alguna investigación reciente os salvara Ia vida haríais una donación a la Fundación para el Cáncer. Si amáis a Jesús, y estáis agradecidos por su amor, os sentiréis muy felices de dar algo para su obra. Si sentís gratitud por poder vivir con respeto y libertad, si estáis contentos por haber nacido en un hogar cristiano; si creéis que los pobres deberían tener comida, ropa y atención médica; si pensáis que todos deberíamos tener la oportunidad de conocer a Jesús; si queréis participar en su obra en este mundo y en el reino celestial, entonces os sentiréis felices al dar para su obra.
Algunos aspectos de lo dadivosidad, tales como la cantidad que se desea dar, el medio escogido para hacerlo o las áreas específicas de la obra de Dios con las que deseamos colaborar, dependen de una decisión personal. Cada uno de nosotros determina interiormente lo que desea hacer. Pero todos lo que en verdad conocen a Dios y se sienten agradecidos por el Evangelio, dan, porque desean que otros también puedan disfrutar de la misma felicidad.
Algunos piensan que la iglesia es un edificio. Otros creen que es una organización. Lo ideal es que la iglesia sea una herramienta. A través de ella, podemos canalizar nuestras dádivas haciéndolas llegar a personas y lugares que no podríamos alcanzar de otra manera. Si permitimos que la iglesia organizada, esta herramienta para el bien, nos ayude a realizar nuestra obra en favor de Cristo, podremos hacer más y mejores obras y enviar nuestros dones mucho más lejos que si actuáramos por nuestra propia cuenta. Son muchas las obras que se pueden hacer a través de la iglesia organizada. He aquí algunas áreas específicas a las que se destinan las ofrendas:
La Biblia enseña que la generosidad puede tener distintas manifestaciones. En nuestra búsqueda de hoy, trataremos de descubrir en las Escrituras algunos tipos de dadivosidad y algunas de las razones que pueden motivar a dar. Cada caso está relacionado con un individuo en particular. A ver si adivinas las respuestas.
Yo di lo que tenía,
el fruto de mi labor.
Él dio lo que tenía;
obedeció a su Señor.
Su ofrenda con agrado Dios acepto;
sin embargo, la mía rechazó.
Celoso, su vida decidí tomar
y hoy errante y fugitivo debo andar.
Siempre fui amable y bondadoso.
Viudas y huérfanos me nombraban con gozo.
Al ciego con mis ojos ayude.
Para el cojo fui como sus pies.
Hacia los pobres sentía un profundo amor;
era feliz al hacer algo en su favor.
Pero las buenas obras a nadie perfeccionan.
Aunque antes lo creía, pienso distinto ahora.
Recién cuando la majestad divina vi,
cambié de opinión acerca de mí.
El regalo de varios panes de cebada,
hizo que una multitud fuera saciada.
Una vez más, gracias a los que dan,
se hizo el milagro de multiplicar el pan.
Cinco mil hombres aquella vez reunidos;
doce cestos llenos después de haber comido.
Cuatro mil se saciaron luego,
pero escuchen, porque ahora viene el misterio.
Veinte panes recién horneados,
en otra ocasión fueron dados.
Esta vez son cien los hombres que comieron,
y todos su apetito satisficieron.
Nombra primero al que más gente alimentó;
Y después que hayas dicho cómo se llamó,
menciona al hombre que encontró aquel niño
cuya merienda dio con gran cariño.
Nuestras ofrendas son multiplicadas.
Dios las bendice y no nos falta nada.
Veinte panes saciaron a un ciento.
¿Quién ordenó que le dieran alimento?
Muy escaso fue lo que pude dar;
sin duda, otros dieron mucho más.
Pero por causa de su jactancia,
mi escasez fue mayor que su abundancia.
Siete becerros, siete carneros.
Siete altares, en busca de agüero.
¿Hará Dios lo que yo quiero?
Si no, en otro monte pruebo.
Siete becerros, siete carneros.
Siete altares en busca de agüero.
Si no le alcanza lo que le ofrezco,
pienso insistir, porque no me lo merezco.
Este profeta y su reputación,
son importantes para mi nación.
Quiere maldecir, pero bendice,
aunque desespere, bello es lo que dice.
Siete becerros, siete carneros.
Siete altares, en busca de agüero.
¡No tiene nada de divertido!
¡Mucho es el dinero que he perdido!
Ni plata ni oro ellos poseían;
sin embargo, me dieron lo que tenían.
Puedo caminar, correr y saltar hoy.
¿Sabes quiénes fueron y lo que me pasó?
Nuestro templo estaba muy abandonado.
Las arcas, vacías habían quedado.
Los levitas dejaron de hacer su tarea.
La iglesia descuidada. ¡Qué cosa tan fea!
Hagamos un arca para las monedas.
El pueblo dará todo lo que pueda.
Busquemos obreros que sepan trabajar,
para que pronto el templo puedan reparar.
El buen tío muy feliz estaba,
al ver que la casa de Dios prosperaba.
Ahora dime el nombre de este joven-rey,
que amó a su Señor y honró así su ley.
Cuando el "Hijo de Consolación"
su ofrenda entregó,
con su ejemplo nos inspiró.
Por eso regresamos pronto a la ciudad,
dispuestos a todo, con el deseo de dar.
Vendimos el terreno y llevamos en las manos,
una parte del dinero a los hermanos.
Nuestro engaño un funeral primero ocasionó,
y el segundo de inmediato le siguió.
Nombra al que dio ejemplo, por ser generoso.
Y di, si lo sabes, quienes somos nosotros.
Para terminar, recuerda quién nos descubrió
y la sentencia de Dios declaró.
Este ejercicio contiene dos importantes principios bíblicos acerca de la dadivosidad. Descifra los mensajes con la ayuda de la clave.
El deseo de dar para la obra de Dios surge como una respuesta del corazón al amor divino. Aunque la iglesia ha hecho algunas sugerencias al respecto, cada donativo es estrictamente personal. Nadie puede exigirnos que demos una cifra determinada para Dios, porque nadie sabe cuánto significa Dios para nosotros.
He aquí dos principios que pueden servir de guía para la dadivosidad:
Hay muchas recompensas para los dadores, pero la mayor es la satisfacción de saber que hemos contribuido a mejorar la situación y la vida de alguien. Podemos ser las manos de Dios bendiciendo al mundo.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "El ahorro".
Cuando Benjamín Franklin era joven, decidió elaborar un proyecto para alcanzar la "Perfección Moral". El deseaba no volver a cometer jamás una falta en su vida. "Yo sabía", declaró, "o por lo menos creí que sabía distinguir la diferencia entre la verdad y el error. Por eso estaba seguro de que siempre podría aceptar lo primero y rechazar lo segundo. Pero pronto descubrí que había emprendido una tarea mucho más difícil de lo que imaginé en un principio. Mientras me esforzaba por evitar caer en una falta específica, a menudo era sorprendido por alguna otra." Franklin preparó una lista de 13 virtudes, y trabajó en ellas una por una, con la ayuda de un gráfico y algunos registros minuciosos. Aunque nunca se sintió satisfecho por haber cumplido plenamente con sus objetivos, su gráfico demuestra que al menos logró ciertos progresos en cada una de las virtudes.
Una de ellas era la “Frugalidad”. No ocasiona gastos pero sirve para ayudar a otros y a uno mismo; E¡. “desperdicio”. Es probable que esta experiencia de Franklin haya dado origen a los muchos proverbios que escribió en el Almanaque del pobre Ricardo sobre la frugalidad y el ahorro. A continuación, citamos algunos de ellos:
"Para la vejez y la necesidad ahorra todo lo posible; el sol de la mañana jamás dura todo el día".
"Si eres rico, piensa en ahorrar, más que en obtener; las Indias no enriquecieron a España, porque sus gastos igualaban a sus ingresos".
"Un céntimo ahorrado es un céntimo ganado".
"Cuídale de los gastos pequeños; una pequeña gotera puede hundir un gran barco".
"Consigue todo lo que puedas, y todo lo que logres aferrar. Esa es la piedra que convertirá en oro todo tu plomo".
El ahorro. ¿Por qué es tan importante? ¿En qué aspectos el ahorro es un modo de administrar para Dios? Contestaremos esta pregunta más adelante.
Veamos primero lo que significa el ahorro para los ingresos familiares. ¿Has oído alguna vez la palabra "interés"? ¿Sabes lo que significa? El interés es el alquiler que hay que pagar cuando se toma prestado el dinero de otra persona.
Vamos a suponer, por ejemplo, que vosotros necesitáis un frigorífico. Supongamos que tus padres deciden comprar uno que cuesta 600€. Como no tienen esa suma en el banco, usan su tarjeta de crédito. Eso significa que están tomando un préstamo, toman prestado el dinero de la compañía que emitió la tarjeta. Ahora digamos, por ejemplo, que ellos devolverán ese préstamo en 18 cuotas con un interés del 18 por ciento.
La costumbre de comprar a crédito o pedir un préstamo, es bastante común cuando hay que realizar una compra importante. Sin embargo, no siempre es el método más conveniente. ¿Sabes a cuánto asciende el "alquiler" o el interés que tendrán que pagar tus padres por el uso de 600€ durante 18 meses al 18 por ciento? 97.20€. El precio del frigorífico que costaba 600€, subirá a 697.20€, casi 100€ más que si la hubieran pagado en efectivo. Ya veis que es mucho mejor ahorrar dinero todos los meses, si es posible, para pagar en efectivo, que pedir un crédito.
También es prudente ahorrar para las emergencias.
Los seguros de salud y de vida, así como los seguros contra incendios y accidentes, son una manera de ahorrar, porque permiten hacer frente a los enormes gastos que ocasionan los accidentes. Otra medida de previsión para la familia es mantener un ahorro equivalente a los sueldos de dos a seis meses, por si surge algún contratiempo y la persona que provee el pan para la casa no pudiera trabajar.
Para una familia, el ahorro es una manera sabia de administrar el dinero. La idea de proveer todo lo que la familia necesita, es un concepto cristiano. 1 Timoteo 5:8 afirma: "Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe." Dios desea que sus hijos atiendan las necesidades de su familia. Cuando lo hacemos, estamos administrando nuestro dinero para Él. El ahorro nos ayuda a ser libres. La persona que no le debe dinero a nadie, tiene mayor libertad para tomar decisiones que la que se ha endeudado. Prov. 22:7 afirma: “'El que toma prestado es siervo del que presta” Esto es muy cierto. Cuando tenemos deudas, nuestro dinero no nos pertenece. Una de las peores clases de esclavitud es la de estar endeudados. Para evitarla, debemos formar el hábito de ahorrar y pagar al contado.
Las, personas muy jóvenes no necesitan preocuparse por los préstamos y los intereses. Pero pueden aprender a ahorrar. Si vosotros sois como la mayoría de los jovencitos, probablemente deseáis tener muchas cosas que cuestan más dinero del que os dan vuestros padres. Pues bien, podéis conseguir esas cosas, si estáis dispuestos a ahorrar. Si piensas que llevará demasiado tiempo ahorrar de tu asignación, puedes ganar dinero extra haciendo algunos trabajos. Es mucho más satisfactorio comprar algo con nuestros propios ahorros, que pedirles a nuestros padres que nos lo compren. También es preferible comenzar a ahorrar, aunque sea un poquito, que quedarnos sentados sin hacer nada.
¿Qué tienes que hacer para ahorrar? Lo mismo que haces para diezmar. Debes separar la suma que deseas ahorrar antes de comenzar o gastar el dinero. Un método conveniente es ahorrar el diez por ciento de todas las ganancias. Cuando recibas tu sueldo o asignación, organiza tus ingresos. Separas el diezmo, las ofrendas, y un porcentaje para el ahorro, lo que queda puedes gastarlo. Si te acostumbras a ahorrar con regularidad te sorprenderás al ver cuan rápidamente aumentan tus ahorros.
¿En qué aspectos el ahorro es una manera de administrar para Dios? El ahorro nos ayuda a usar del mejor modo posible los recursos que Dios nos concede. La buena administración consiste en usar bien sus bendiciones.
La Biblia hace pocas alusiones al ahorro porque en los tiempos bíblicos las personas ricas no acumulaban grandes sumas de dinero; sus riquezas consistían en inversiones de ganado, cosechas y tierras. Sin embargo, los principios de la temperancia, la laboriosidad y la previsión para suplir las necesidades de la familia, están claramente señalados en las Escrituras. La política económica moderna está basada en el dinero; por la tanto, debemos aplicar aquellos principios a los métodos modernos adecuados —como el ahorro para obtener los mismos resultados.
Las Escrituras también definen con mucha claridad que los hábitos de ahorrar deben ser equilibrados. Por ejemplo, el acumular mucho dinero mientras otras personas carecen de lo indispensable es un error acerca del cual Dios nos advierte claramente. El hábito de acumular es el resultado del egoísmo, y el egoísmo es la raíz y la esencia del pecado.
La manera como administramos el dinero demuestra el estado de nuestra relación con Dios. Una línea muy fina separa la actitud de ahorrar con responsabilidad, de la de acumular egoístamente. No nos corresponde a nosotros juzgar los motivos de otras personas. No podemos leer sus corazones. Lo que sí debemos hacer es vigilar el equilibrio que debe existir entre lo que ahorramos y lo que gastamos, y asegurarnos de que nuestros motivos sean correctos delante de Dios.
Distribuye copia de las palabras y los versículos. Divide la clase en grupos de dos o tres. El objetivo del ejercicio de hoy es descubrir en una versión Reina Valera de la Biblia los versículos donde se encuentran cada una de las dos palabras que aparecen en columna. Algunos de los versículos que se citan tal vez no los uses, mientras que otros quizás los uses más de una vez. No abráis la Biblia hasta que os diga "Ya". Veamos cuál es el grupo que termina primero.
También puedes dar puntos por las preguntas que han acertado.
Respuesta:
Sé ahorrativo los suyos: 1 Timoteo 5:8 tu compra: Deuteronomio 28:5 a contentarme: Filipenses 4:11 tu mano: 1 Crónicas 29:16 gran provisión: Proverbios 15:6 graneros llenos: Salmo 144:13 su comida: Proverbios 6:8 recojan… trigo: Génesis 41:35 esta abundancia: 2 Crónicas 31:10 |
No acumules retienen más: Proverbios 11:24 el mundo: Mateo 16:26 llevará nada: Salmo 49:16-17 mal doloroso: Eclesiastés 5:13 hacerte rico: Proverbios 23:4 la tierra: Mateo 6:19 han atesorado: 2 Reyes 20:17 sus riquezas: Jeremías 9:23 harán alas: Proverbios 23:5 |
Los casilleros de este ejercicio contienen un consejo bíblico acerca del ahorro y la necesidad de proveer para la familia. Escoge un número del uno al cuatro. Escribe en orden sobre cada línea, las letras que están dentro de los casilleros cuyo número coincide con el de esa línea, comenzando por la fila de arriba, de izquierda a derecha. Cuando termines, separa las palabras para leer el mensaje. Las referencias re ayudarán a verificar el resultado. No siempre se incluyen todas las palabras de cada versículo.
Respuesta:
Puedes comprar huchas y regalarles a tus alumnos o darles el modelo en cartón para que lo monten.
Los principios de previsión, ahorro y trabajo equilibrado están bien expresados en Proverbios 27:23-27. La siguiente cita corresponde a la versión Dios Habla Hoy:
"Mantente al tanto de tus ovejas, preocúpate por tus rebaños, pues ni riquezas ni coronas duran eternamente. Cuando el pasto aparezca y brote el verdor, y se recoja la hierba de los montes, de los corderos tendrás lana para vestirte, de tus cabritos dinero para comprar terrenos".
Dios desea que administremos sabiamente el dinero que él nos ha dado. Con su ayuda, podemos hacerlo.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "El presupuesto". Hoy aprenderemos a equilibrar nuestros ingresos, dándole a Dios el primer lugar.
Mavis y Miguel, además de ser hermana y hermano, eran mellizos. Sin embargo, no se parecían. A Miguel le apasionaban los deportes y era un tanto perezoso.
Mavis amaba la música y era muy cuidadosa y ordenada con sus cosas, incluyendo su dormitorio. A los dos les desagradaban los frijoles y les encantaban las fresas. Eran tan normales como todos los hermanos.
El día que los mellizos cumplieron doce años, sus padres decidieron probar un método diferente al que habían usado hasta entonces para darles dinero para sus gastos. "Miguel y Mavis", dijo el papá, "ya sois bastante mayores como para planificar vuestras necesidades. En vez de daros todas las semanas vuestra asignación para gastos, recibiréis una suma fija mensual, al comienzo de cada mes. De esa suma tendréis que apartar el diezmo y las ofrendas. También tendréis que comprar los útiles escolares como lápices, papeles y otros gastos que se les presenten, incluyendo los regalos. Si administran bien este dinero, podrán ahorrar suficiente para comprar alguna cosa que les guste".
Entonces el papá les entregó 25.00 € a cada uno.
"Cuidadlo bien, porque hasta el mes próximo no recibiréis más dinero". Los mellizos se quedaron mudos. Quince euros por mes era bastante más de lo que habían recibido hasta ese momento. El padre tomó la precaución de darles cambio, para que pudieran separar el diezmo y las ofrendas. ¿Qué harían con el resto?
Mavis llevó el dinero a su dormitorio y lo guardó en un cajón. No volvió a tocarlo. El primer sábado llevó a la iglesia el diezmo y las ofrendas correspondientes a todo el mes. El segundo sábado tuvo una extraña sensación cuando pasaron el platillo de las ofrendas y no pudo colocar la suya. Hasta entonces, sus padres le habían dado dinero todos los sábados.
Miguel colocó el diezmo y las ofrendas en una pequeña alcancía, y guardó el resto del dinero en su bolsillo. Se olvidó por completo de llevar el dinero a la iglesia. Al salir de la escuela, cuando él y sus amigos sintieron sed, se detuvieron en la tienda de la esquina y Miguel los invitó a tomar unos refrescos. Al día siguiente, vio una pelota que le gustó y la compró. Un par de días después compró un paquete de patatas fritas, unos caramelos y un llavero. Poco a poco el dinero que tenía fue desapareciendo.
Aproximadamente una semana y media después, uno de sus compañeros de curso fue internado en el hospital. La clase decidió hacer una colecta para mandarle flores. Cuando llegaron a su casa, Mavis y Miguel comentaron el asunto con sus padres creyendo que ellos les darían el dinero, como había sucedido hasta entonces. Pero se quedaron muy sorprendidos al oír que ellos mismos debían hacerse cargo de ese gasto.
Miguel estaba aturdido. Después de buscar en su monedero, descubrió que todo su capital consistía en 25 céntimos. No podía colaborar con menos de 1€ para la colecta, y no lo tenía. Además, todavía tendría que esperar dos semanas y media antes de recibir la siguiente asignación.
¿Cuál de los dos mellizos dirían ustedes que administró mejor su dinero? (Ninguno.) ¿Qué harían para distribuirlo mejor que Miguel? ¿Y en el caso de Mavis?
¿Qué deberían haber hecho ellos con el diezmo y las ofrendas? ¿Y con los gastos y el ahorro?
Un antiguo refrán dice: "Cuando se fracasa al planificar, se planifica fracasar". Miguel y Mavis habían fracasado al hacer su planificación económica, y como resultado tuvieron problemas. Tenían que aprender, en pequeña escala, el significado de una palabra nueva: presupuesto. Un presupuesto es un plan para usar correctamente el dinero. Las personas que planifican están expuestas a problemas y sorpresas. Si bien es cierto que a las personas que planifican también se les presentan algunas sorpresas, éstas son mínimas, y un presupuesto bien elaborado incluye una parte para atender las sorpresas o emergencias.
Todo buen presupuesto incluye tres aspectos: (1) dar; (2) ahorrar; (3) gastar.
Recuerda estos tres conceptos, porque volveremos a mencionarlos.
¿Cómo podemos saber qué gastos se presentarán durante cierto período, por ejemplo, un mes? Un buen método para estimar esas necesidades es llevar un registro cuidadoso de todo lo que gastamos. Propongámonos registrar en una libreta todos los gastos que hemos realizados durante un mes, escribiendo al lado del importe a qué fue destinado. También podríamos incluir en otra columna los objetos que hubiéramos querido comprar, y que por alguna razón decidimos no hacerlo.
A fin de mes, analicemos esos gastos. ¿Fueron realmente necesarias las compras que hicisteis y estáis conformes con ellas, o sólo seguisteis un impulso del momento? Algunas de las cosas que dejasteis de lado, ¿las necesitabais más que las que comprasteis? ¿Podríais planificar mejor el presupuesto del próximo mes? Si sabéis en qué gastasteis el dinero, podríais hacer vuestros planes con mejor criterio.
Probablemente querrías ahorrar para conseguir lo que deseáis. Debéis decidir cuánto dinero os quedará después de haber separado lo que necesitan para los gastos fijos. Destinareis una parte de vuestros ingresos a cubrir vuestras necesidades, y podréis disponer de otra parte para ahorrar. Cuando tengáis esta información, podéis preparar vuestro presupuesto.
Ahora haremos un presupuesto para uno de los mellizos. ¿Cuál de ellos? (Deja que tus alumnos decidan.) ¿Cuánto recibía por mes? (25 €) No olvidéis que esta suma es imaginaria. Vosotros quizás recibáis bastante más o menos que esto. Las necesidades y los ingresos de cada familia son diferentes. Por eso, no toméis esta cifra como algo típico, o apropiado, ni siquiera deseable. La hemos elegido porque teníamos que partir de una base.
En primer lugar, en la columna titulada "DAR" colocaremos el importe destinado al diezmo y las ofrendas.
¿Cuánto es el diezmo de 25 €? (2.50 €) ¿Cuánto separaremos para las ofrendas? (Escucha las sugerencias de los alumnos.) Antes de decidir la cantidad que conviene ahorrar, veamos cuáles serán los gastos del mes. (Deja que los alumnos sugieran los posibles gastos que se les presentan a ellos regularmente, tales como útiles escolares, regalos, refrigerios, u otras cosas.) Este es el presupuesto personal de (Miguel o Mavis). ¿Es un plan adecuado? ¿Cuánto se podría destinar para ahorrar?
¿Deberíamos hacer algunos ajustes en los gastos? ¿O convendría que aumentemos algunos de los rubros?
(Calcula los totales. El presupuesto debe quedar en la pizarra con sus tres columnas tituladas: DAR, AHORRAR, GASTAR.) Cada uno de vosotros podéis elaborar su presupuesto personal. La cifra variará de acuerdo con vuestros propios ingresos y gastos. Lo que importa es tener una planificación. El paso siguiente es lograr que el plan tenga éxito. El saber que contamos con suficiente dinero para cubrir los gastos del mes, y que podemos hacer con él lo que deseamos, nos hará sentir bien.
Distribuye copias del presupuesto. Puedes dividir la clase en grupos de cuatro o cinco alumnos, asignándoles uno o dos versículos a cada alumno; a medida que encuentren las respuestas, escríbelas en la hoja de presupuesto.
Como hay varios versículos, conviene que los alumnos trabajen en equipo y que lo hagan con rapidez.
Las pistas se hallan en los versículos. En la columna de la cantidad usad cualquier número mencionado en la Biblia, aunque no se refiera a dinero, sino, por ejemplo, a años o ganado. Para completar la columna de la izquierda, escribís el tipo de gasto mencionado en el versículo, aunque no esté expresado con el lenguaje de hoy. Agilizad vuestra imaginación para usar términos modernos en este presupuesto.
El presupuesto: ¿amigo o enemigo?
Algunas personas creen que los presupuestos limitan sus posibilidades de gastar. En realidad, un buen presupuesto contribuye a liberar cierta cantidad de dinero que puede ser usado para otras cosas. Esto se logra así: si no hemos pagado el alquiler este mes, necesitamos cada euro que tengamos para ese fin. Pero sí hemos preparado un presupuesto incluyendo el alquiler, el dinero sobrante podrá ser usado para otros fines sin ningún problema.
A continuación, se mencionan cinco gastos importantes que las familias cristianas deben incluir en su presupuesto. Después de averiguar cuáles son con la ayuda de las pistas, borra las letras correspondientes y descubrirás qué puedes comprar con las letras que quedan.
ACLHOlCMOELNATTOES: ALIMENTOS
RCAADSIAO: CASA
RIMlPGUEASLTOOSS: IMPUESTOS
CODMIPEUZTAMDOORSA: DIEZMO
PRAOTIPNAESS: ROPA
Es muy probable que todavía no necesites preocuparte por incluir estos cinco puntos en tu presupuesto, pero ahora mencionaremos otros aspectos que tal vez te interesen. Resuélvelos de la misma manera que los anteriores. Las letras sobrantes corresponden al segundo elemento.
PBAICITICNLEETATE: BICICLETA, PATINETE
CGAACTHIORTROO: GATITO, CACHORRO
JPAUSGATUEIEMTPESOS: JUGUETES, PASATIEMPOS
HPEILZAZDAOS: PIZZA, HELADOS
RJOMUPECEABGEZOSAS: ROMPECABEZAS, JUEGOS
GCALALREATMIETLAOSS: GALLETITAS, CARAMELOS
CEPEPINILELO: PEINE, CEPILLO
RLEIVBISRTDA: REVISTA, LIBRO
BOPLEÍGRGAAFTIONASS: PEGATINAS, BOLÍGRAFOS
PVEILDOETOA: PELOTA, VIDEO
Dios desea que administremos inteligentemente los bienes que nos ha confiado. Cuando hacemos planes anticipados para dar, ahorrar y gastar de acuerdo con un programa definido, podemos ser más útiles, no sólo a Dios sino también a nosotros mismos. Como sus administradores, debemos planificar lo que haremos con el dinero que él nos ha confiado. Esa planificación nos permitirá disfrutar libremente de sus bendiciones.
Tomemos hoy la decisión de hacer planes prudentes para administrar el dinero que Dios nos da, y de darle a Dios el primer lugar en ese plan.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje "La tarjeta de débito". Una de las maneras más rápidas de arruinar un presupuesto es usar tarjetas de débito a largo plazo. Es verdad que pueden ser muy útiles y que si se usan con prudencia permiten ahorrar dinero. La siguiente rima describe bastante bien las características de las tarjetas de crédito.
Compre en doce cuotas y sin anticipo;
recién desde mayo comienza a pagar.
Todo lo que desee, cualquier color o tipo.
Otra oferta como ésta, ¿dónde la podrá encontrar?
Compre ahora, compre ya; no espere un minuto más.
Después que pase la oferta, no podrá aprovechar.
En cómodas cuotas, a bajo interés.
Esta oportunidad se da solo una vez.
Firme aquí, sólo esto se exige.
Firme ya, y se lleva lo que elige.
Es una decisión muy fácil de tomar.
No se preocupe por nada; sólo tiene que firmar.
Recién se preocupará cuando vea con sorpresa,
que las deudas traen problemas y dolores de cabeza.
Por el gusto de un momento, el pago es largo y pesado.
¿Aprendió al fin la lección?
¡Sí, ahora compro al contado!
Es muy fácil contraer deudas. Vemos algo que nos gusta, pero no tenemos dinero para comprarlo. Entonces pedimos prestado. Total, ¿qué problema hay? Es decir, no hay problema hasta que llega el momento de pagar. A algunas personas, parecería que las deudas las siguen de cerca, mientras que otras, en cambio, nunca tienen deudas. ¿Cuál es la razón? ¿Será porque algunas son más pobres que otras? ¿O es que algunas personas son más pobres precisamente porque contraen deudas?
En nuestra sociedad, el problema del endeudamiento es muy grave. Por esta razón, muchas madres se ven obligadas a salir a trabajar cuando deberían estar al lado de sus hijos. Y los padres tienen que mantener dos empleos. Las deudas llevan a la miseria a muchas familias. Son la causa principal de separación en los matrimonios. Es indispensable que sepamos resolver correctamente este tema.
Sin embargo, a veces pueden existir razones valederas para pedir un préstamo. Cuando se solicita un préstamo (a un interés razonable y con un sistema de pagos accesible) para realizar una operación comercial necesaria, se llama "transacción". Pero incluso en una transacción de este tipo, el deudor pierde en parte su libertad. La Biblia dice: "El que toma prestado es siervo del que presta" (Prov. 22:7). Por eso, aunque a veces sea necesario contraer deudas, como cristianos debemos recordar que cualquier deuda es una obligación que debe ser pagada. "No debáis a nadie nada, sino él amaros unos a otros", dice el apóstol Pablo en Romanos 13:8.
Esta no es una perspectiva agradable. ¿Qué se puede hacer para recorrer la selva materialista que nos rodea, sin contaminarnos con los peligros del dinero?
He aquí unos pocos principios sencillos para mantener la salud financiera:
"Son muchísimos los que no se han educado de modo que puedan mantener sus gastos dentro de los límites de sus entradas... vez tras vez piden dinero prestado y se llenan de deudas, por lo que se desaniman y descorazonan" (El hogar adventista, pág.339).
¿Habéis oído la palabra "integridad", que hoy resulta un poco anticuada? Ser responsable en las finanzas y evitar las deudas es una señal de integridad, honor y dignidad. Si queréis estar bien, nunca caigáis en la trampa de las deudas.
Como referencia se indica el capítulo que da origen a las preguntas. El primer alumno que sepa la respuesta se pondrá en pie sin decirla hasta que se le indique; de lo contrario será descalificado. Para ahorrar tiempo, no se usará la Biblia a menos que sea necesario. Si la respuesta es acertada, el equipo obtendrá un punto. Si no lo es, el equipo contrario tendrá 30 segundos para dar lo respuesta correcta, y si lo hace, ganará un punto.
Todas las preguntas se basan en relatos relacionados con deudas, préstamos o consejos bíblicos sobre estos temas. Este material nos ayuda a conocer la opinión de Dios acerca de las deudas.
Respuesta:
Dios desea que hagamos los mayores esfuerzos para no contraer deudas. Sin embargo, a través de estas historias bíblicas y de los principios que ellas enseñan, vemos que él no abandona a los deudores. Está siempre dispuesto a ayudar a las personas que tienen problemas económicos, y también procura hacer comprender a los acreedores que deben ser justos y misericordiosos.
A Dios le interesan nuestros problemas, de cualquier clase que sean. Cuando tenemos una deuda, podemos decírselo en oración. El promete darnos la sabiduría necesaria para resolver el problema y cancelar la deuda. No nos deja librados a la desesperanza.
En la Biblia las deudas se usan para ilustrar el pecado, la maravillosa liberación que se siente al cancelar una deuda es comparado a la liberación de la culpabilidad del pecado. Dios desea salvarnos espiritualmente, pero también quiere que estemos libres de deudas materiales. Pidámosle que nos ayude a lograrlo.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje con la figura de muchacho.
¿Qué relación tiene este jovencito con la lección de hoy? Quizás logremos descubrirlo pronto.
"En el invierno, mientras las hormigas ventilaban las provisiones que habían reunido, una cigarra hambrienta les pidió una limosna. Ellas le respondieron que para no tener que sufrir escasez en el invierno, debía haberse esforzado durante el verano. Pero, dijo la cigarra, yo no me quedé ociosa; pasé todo el verano cantando. Pues bien, replicaron las hormigas, para que puedas pasar feliz todo el año, lo que debes hacer es bailar en el invierno la melodía que cantaste en el verano." —Esopo.
En la Biblia encontramos este conocido pasaje: "Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento" (Proverbios 6:6-8).
Probablemente Salomón se refería a la hormiga granera. Esta variedad recoge las semillas y las guarda en el hormiguero como alimento para el invierno. Si sus provisiones se humedecen, las hormigas las extienden al sol para que se sequen. Hay muchos tipos de hormigas, y algunas son aún más laboriosas que las graneras.
La hormiga parasol corta trozos de hojas y los lleva sujetos con las mandíbulas hasta su hormiguero, no para comerlos sino para masticarlos y hacer con ellos una especie de papilla blanca, sobre la cual planta las esporas de ciertos hongos. Son muy cuidadosas para atender sus cultivos: los podan y los deshierban a fin de obtener un hongo especial llamado "kohlrabi", con el que se alimentan ellas y sus larvas.
Otras hormigas se alimentan del néctar de las flores y de un líquido azucarado que exudan ciertos insectos, tales como los pulgones. Estas hormigas cuidan y ordeñan a los pulgones como sí fueran vacas. Luego almacenan su alimento en las "hormigas meleras" o "mochileras", que son insectos jóvenes que se dedican a comer miel sin parar hasta que engordan tanto que no pueden caminar ni trabajar. Cuando las hormigas hambrientas llegan a buscar comida, las meleras les traspasan miel a través de su boca. Cuando tienen suficiente miel, las obreras vuelven a llenar los "envases".
No todas las hormigas tienen buenos hábitos. Algunas invaden otras colonias y se llevan a las jóvenes como esclavas. Otras son verdaderas plagas domésticas. Sin embargo, todos estos insectos tienen algo en común: trabajan en su propio beneficio y el de la colonia a la cual pertenecen.
¿Recordáis algún otro ejemplo de laboriosidad en el reino animal? Por ejemplo, el castor, la ardilla, el perro de las praderas, la abeja, etc. La palabra trabajo no siempre es una de las favoritas de los adolescentes. Eso es comprensible. Los padres y los maestros os dicen lo que debeis hacer. Y realizar los planes de otras personas nunca es tan interesante como trabajar en los propios. No es tarea fácil aprender la autodisciplina y el autodominio que se requieren para trabajar con eficiencia.
El hábito del trabajo eficiente es la marca de un verdadero cristiano. Dios nos pide que cualquier tarea que tengamos por delante la realicemos de la mejor manera posible. Como administradores de Dios debemos aprender no sólo a usar debidamente el dinero, sino también el tiempo y la energía que se nos conceden.
Vamos a leer Proverbios 31:10-31 un versículo cada uno. La mujer que aquí se describe tenía el talento de la laboriosidad creativa. Esta habilidad no surge espontáneamente; no os desesperéis sí no la poseéis ahora. Podéis aprender. Esa misma destreza, aplicada a cualquiera de las tareas que se realizan en la actualidad, marca la diferencia entre un hombre o una mujer que vive una existencia inútil o una productiva.
¿Cómo puedo aprenderla, os preguntaréis? ¿Dónde debo comenzar? Comienza ahora mismo, donde estás y con lo que tienes. ¿Cuál es la actividad más importante que realizáis? ¿La escuela? ¿Os sentís complacidos con vuestro desempeño escolar? ¿Y con las demás tareas? ¿Cómo os va con las clases de música? ¿Estáis satisfechos con lo que habéis logrado? ¿Hacéis lo que debéis sin necesidad de que os los recuerden, o alguien tenga que "empujaros"? ¿Cumplís con entusiasmo y honestidad lo que se espera de vosotros? ¿O procuráis hacer lo menos posible?
Aunque vuestros deberes actuales no parezcan tener relación con vuestros objetivos futuros, el autodominio y la autodisciplina que estáis aprendiendo ahora os serán de gran ayuda más adelante. Estas dos cualidades podréis aplicarlas fácilmente a cualquier objetivo que os hayáis trazado para la vida.
Si sentís que necesitáis mejorar (¿quién no?), tal vez os convenga iniciar un curso de autoperfeccionamiento, con la ayuda de uno o dos lemas.
Escoged entre los siguientes uno que os llame la atención, para que os sea fácil recordarlo cuando lo necesitéis. También podéis inventaros uno:
"Si la capacidad de trabajar con tesón no es un talento, es el mejor substituto que se conoce"
"Ninguna tarea es pesada si se la divide en porciones pequeñas"
"Solo los que tienen suficiente paciencia para cumplir a la perfección las tareas sencillas, llegan a adquirir la habilidad que se requiere para realizar las tareas difíciles"
"La mayor recompensa para el hombre que ha cumplido su tarea no es la que recibe por ella sino a través de ella"
"La recompensa de una tarea bien hecha es haberla realizado"
"Somos lo que hacemos habitualmente. La excelencia, por lo tanto, no es un acto sino un hábito"
También podéis hallar excelentes lemas en el libro de Proverbios. Copiad el que habéis elegido y pegadlo en el espejo o en otro lugar donde lo veáis todos los días. Memorizadlo y procurad recordarlo en todo momento. Vigilad vuestros hábitos de trabajo. Pedidle a Dios que os ayude a trabajar con más eficiencia y alegría. Como parte de vuestras tareas, procurad mejorar.
Para renovar vuestra inspiración, cambiad todas las semanas el lema escogido, y seguid mejorando vuestros hábitos de trabajo.
Lo más importante es que creais que podéis mejorar y que decidáis hacerlo. Con la ayuda de Dios y una firme determinación, mejoraréis. Descubriréis que sois capaces de realizar su trabajo en menos tiempo y que ya no os resulta aburrido.
No os desaniméis si vuestras buenas resoluciones fracasan. Recordad que se trata de un proceso de aprendizaje. Seguid intentándolo. El aprender a hacer bien el trabajo es mucho más importante que la tarea en sí misma. Afinad la puntería. El trabajo eficiente es un objetivo que vale la pena alcanzar.
Este es el mensaje que intenta transmitir la ilustración del muchacho del engranaje. Aprended a hacerlo lo mejor posible. Esto os ayudará a combinar este engranaje con los otros que hemos colocado semana tras semana.
Escribe los siguientes pasajes. Divídelos en secciones y colócalos en tres recipientes.
Hoy analizaremos algunos consejos bíblicos acerca del dominio propio y el valor del trabajo. La mayoría de estas gemas son breves y concisas, fáciles de recordar y de practicar.
Estos recipientes contienen pasajes bíblicos divididos en secciones: una referencia, una primera parte y una segunda. Cada alumno deberá retirar tres papelitos, uno de cada recipiente. Tendrá entonces tres partes de un versículo, pero no necesariamente del mismo versículo.
El versículo que deben los alumnos completar es el que se cita en la referencia. Pueden leerlo, si queréis. Deben buscar a las personas que tienen la primera y la segunda partes de ese pasaje. El primer alumno que reúna las tres partes de su versículo colocará de pie en un lugar. A medida que los demás vayan completando los suyos, se pondrán en fila detrás del primero. No deben ir a la fila si aún tienen en su poder una parte del versículo de otro alumno. Que lo entreguen antes a la persona que le corresponde. Cuando todos hayan terminado, leerán sus versículos en voz alta para asegurarse de que está bien.
(Para una escuela sabática muy grande): Pon todos los papelitos en un recipiente para que cada alumno saque sólo uno. Cuando los compañeros que tengan las partes complementarias se encuentren, pueden unirse en grupos de tres alrededor del aula, hasta que llegue el momento de leer los versículos.
(Para una escuela sabática muy pequeña): Cada alumno podrá retirar los papelitos necesarios para dos o tres versículos. Deberá completarlos todos antes de ocupar su lugar en la fila. Asegúrate de contar con versículos suficientes para todos, y de que todos los papelitos hayan sido retirados de los recipientes antes que los alumnos comiencen la búsqueda. Este es un ejercicio activo. Durante un rato habrá movimiento y bullicio.
Versículos sobre el trabajo para la búsqueda del tesoro
Los lemas y refranes son muy útiles para recordar principios importantes.
Abajo encontrarás varios proverbios o refranes sobre el trabajo. En cada uno falta una palabra. Las letras de esa palabra han sido colocadas en sopa de letras dándole la forma de la letra con la que comienza la oración.
Encuentra el número del proverbio en uno de los casilleros; luego, comenzando con la letra de ese casillero, avanza hacia arriba o hacia abajo o en diagonal, hasta que hayas recorrido la silueta de la primera letra del proverbio. Luego copia la palabra en la oración correspondiente. La primera oración ha sido completada como ejemplo.
"¡Arriba, holgazán, no desperdicies tu vida; en el sepulcro tendrás todo él sueño que quieras!"
"El que tarde se levanta, debe correr todo el día, y difícilmente logrará realizar sus negocios por la noche" "La pereza viaja con tanta lentitud que la pobreza pronto le da alcance"
"Al trabajador todo le resulta fácil; y al perezoso, difícil"
"El que mucho conversa, poco logra"
"¡Oh, huesos perezosos! ¿Crees que Dios te habría dado brazos y piernas, si no hubiera tenido la intención de que los uses?"
"La mayoría de las personas no reconocen una oportunidad cuando les llega, porque por lo general está disfrazada de trabajo arduo"
"La recompensa de una tarea hecha es haberla realizado"
"Todos los hombres quieren tener éxito, pero algunos lo desean a tal punto que están dispuestos a trabajar por él"
"Ninguna tarea es pesada si se la divide en porciones pequeñas"
"No tengas ambiciones mayores que tus esfuerzos"
"Casi siempre es más fácil hacer bien el trabajo que explicar por qué no se hizo"
"Sólo los que tiene suficiente paciencia para cumplir a la perfección las tareas sencillas, llegan a adquirir la habilidad que se requiere para realizar las tareas difíciles"
"Si la capacidad de trabajar con tesón no es un talento, es el mejor sustituto que se conoce"
"Si vale la pena tenerlo, merece que se trabaje por ello"
"La actividad echa fuera a la ansiedad"
"Dios le da a cada pájaro su alimento, pero no se lo echa en el nido"
"La mayor recompensa para el hombre que ha cumplido su tarea no es la que recibe por ella sino a través de ella"
"Somos lo que hacemos habitualmente. La excelencia, por lo tanto, no es un acto sino un hábito"
"El que trabaja arduamente, tiene éxito en lo que emprende"
"La mitad del éxito tiene quien el hábito de trabajar adquiere"
"Si tienes éxito al primer intento prueba algo más difícil"
La autodisciplina y el trabajo honesto, además de ser necesarios para la vida cristiana, son muy importantes para los administradores de Dios. El trabajo no siempre resulta fácil o placentero; pero trabajar bien es una tarea satisfactoria y gratificante. Tomad hoy mismo la firme decisión de fortalecer vuestra tendencia a la pereza hasta convertirla en una sólida columna vertebral.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje con la balanza.
Una balanza es un artefacto para pesar. Las balanzas exactas sirven para guiar a las personas que desean ser honestas en sus negocios, la ley de Dios es la mejor balanza para determinar la honradez. La honradez es una cualidad que produce felicidad. Una persona honrada no miente, ni roba, ni engaña. Siempre cumple con la palabra dada.
Hubo una época cuando las escuelas eran pequeñas, y si una persona era aplicada y laboriosa, aunque fuera adolescente, podía conseguir un certificado que la habilitaba para enseñar. El maestro Jaime Garfield era una de ellas. Mas adelante llegó a ser presidente de los Estados Unidos, pero ésa es otra historia.
Este relato tiene que ver con una navaja nueva y un muchachito llamado Sandy Williams. Como ustedes, saben, las navajas tienen la costumbre de hacer grabados, y justamente la de Sandy estaba decidida a tallar algunas figuras en el escritorio del jovencito. Su maestro le advirtió varias veces que no la usara, pero como Sandy no lograba dominar a su linda navaja, el maestro Garfield decidió guardarla en su propio bolsillo mientras le informaba con voz serena que podría recuperarla al terminar la clase.
Esa tarde, dos miembros de la junta escolar, fueron a inspeccionar la escuela. El joven Sr. Garfield estaba tan absorto con las presentaciones y las formalidades que despidió a los alumnos sin acordarse de la navaja.
Después de la cena, al introducir su mano en el bolsillo, recordó lo sucedido.
"¡Mira esto!", exclamó. "le prometí a Sandy que se lo devolvería, y él se fue a su casa sin la navaja. Debo llevársela enseguida." Ya había oscurecido y estaba lloviendo, la casa de Sandy estaba a tres kilómetros de distancia, y como él no tenía coche, su único medio de locomoción eran sus dos pies. Los dueños de la casa donde él vivía intentaron persuadirlo de que esperara hasta la mañana, y que le explicara entonces al niño lo que había sucedido, pero Garfield estaba decidido a ir esa noche.
“Soy joven y fuerte y podré llegar sin dificultad”, insistió. "Si pretendo ensenar la Reglo de Oro, debo vivir de acuerdo con ella. Prefiero caminar seis kilómetros antes que causar una decepción a uno de mis alumnos”.
Ese fue Sandy, quien se había sentido muy desdichado toda la tarde, recuperó su tesoro antes de ir a la cama. Jaime Garfield también se sintió feliz por haberle llevado la navaja.
Honradez, integridad, ¿habrán desparecido estos conceptos desde la época de Garfield? ¿Siguen siendo importantes hoy? ¿Por qué? Ciertamente, el que quiere progresar debe cuidar sus intereses, ¿no les parece?
¿Lo estáis haciendo vosotros? El diccionario da la siguiente definición de la palabra “honrado”: que procede con rectitud e integridad: íntegro, probo, virtuoso, concienzudo, decente. También dice que “íntegro” significa completo, desinteresado, probo. Son cualidades admirables.
Pero a pesar de la creencia popular; las personas honradas siempre son recompensadas. Si alguien devuelve la cartera llena de dinero que encontró, quizás le den una recompensa, o tal vez no. Si un alumno se copia en la prueba de ortografía, quizás lo descubran o por el contrario, tal vez reciba la calificación máxima, lo cual impedirá que su compañero que ha hecho un examen honesto obtenga un sobresaliente. La persona honesta no siempre va a la cabeza.
La honradez y la integridad no deben basarse en las recompensas inmediatas, porque de acuerdo con las apariencias, el engañador disfruta de ciertos beneficios. Si quieren descubrir su nivel de integridad personal, deben preguntarse: ¿Cuánto valgo?
¿Qué ves cuando te miras? ¿Eres uno más en el montón, tratando de pasar desapercibido, o eres alguien en realidad? Un conocido refrán dice: “¡Sé que soy alguien porque Dios no fabrica basura!
Cada uno de los que estamos aquí es alguien, sin lugar a duda. Pensemos en nosotros mismos, por un momento. Tú eres importante. Eres único. Posees una combinación de habilidades, talentos, posibilidades y oportunidades que nadie más tendrá. Sabes que Dios se interesa a tal punto de tu persona que si hubiera sido necesario Jesús habría muerto sólo por ti.
Jamás podrás ser otro individuo. Sólo tú podrás ser la clase de persona que deseas ser, esa persona con la que tendrás que convivir el resto de tu vida. Tu opinión de ti mismo determinará lo que eres y lo que vales. Si estás seguro de tu valor, entonces vales.
Jaime Garfield caminó hasta la casa de Sandy Williams bajo la lluvia porque la imagen que tenía acerca de sí mismo le impedía defraudar la palabra dada a un niño. Abraham Lincoln hizo algunas cosas parecidas por razones similares. Él se veía a sí mismo como un hombre de absoluta e incuestionable integridad. En cierta época, el honor de un hombre valía tanto como su vida, y su palabra equivalía a un documento firmado. ¡Cuán necesario es este tipo de honor!
¿Te ves a ti mismo como un hijo o una hija de Dios?
Si es así, debes saber lo que tu Padre espera que hagas. Sin duda, querrás honrar el apellido de tu familia. ¿Puedes imaginar a un príncipe mentiroso? Un príncipe debe actuar con nobleza en todo momento. Tú eres un príncipe, o una princesa, del más elevado rango, porque desciendes de tu Padre celestial. Tu integridad es un reflejo de esa relación.
La integridad tiene diversas facetas. Está relacionada con el cumplimiento de las tareas escolares, el juego limpio en los deportes, la delicadeza al referirse a la reputación de los amigos, el pago correcto ante la caja registradora, el trabajo constante durante todo el período que marca la tarjeta horaria.
¿Cómo se demuestra la integridad con Dios? ¿Él sabe si somos fieles en la devolución de los diezmos? Una de las razones por la cual las personas honradas se desenvuelven correctamente en todos los aspectos de su vida, es que la honradez se convierte en un hábito.
Cuando una persona se acostumbra a decir siempre la verdad, le resulta natural hacerlo. Si todavía no hemos adquirido estos hábitos, podemos hacerlo con la ayuda de Dios.
Después que tengamos la imagen correcta de nuestro propio valor, podremos tomar decisiones acertadas. Y nos resultará más fácil hacerlo si conocemos los consejos bíblicos acerca de los temas que debemos resolver.
Vamos a ver algunos de los consejos que Dios ha dado a sus hijos sobre la honradez, y lo que él piensa acerca de este tema. Los pasajes de hoy están relacionados con la honestidad o la deshonestidad, la justicia o la injusticia, la verdad o la falsedad.
Cuando tengas la referencia, busca el versículo en la Biblia para ver de qué se trata. Si se refiere a la honestidad, la veracidad o la justicia, ponte de pie a la derecha del aula. Si trata sobre aspectos de deshonestidad, falsedad o injusticia, colócate a la izquierda.
Después que todos estén ubicados, comenzaremos a leer los pasajes, por orden: un alumno de la derecha, otro de la izquierda. Esto se conoce como lectura antifonal. Al terminar, tendremos un resumen de lo que Dios opina sobre la integridad.
Prestad atención para comprobar si todos vuestros compañeros ocupan el lugar que les corresponde de acuerdo con el versículo que les ha tocado. Si alguno se ubicó a la izquierda y su papelito corresponde al grupo de la derecha, debe cruzar el aula para ocupar el lugar correcto. Si alguien se siente inseguro, le ayudaré a tomar la decisión.
(Escoja de la lista siguiente los pasajes que prefiere; hay más versículos de los que el tiempo permitirá repasar).
Honestidad, etc. | Deshonestidad, etc. |
Lev. 19:36 | Ex. 20:16 |
Deut. 25:15 | Lev. 19:11 |
2 Sam. 23:3 | Deut. 19:18,19 |
Sal. 119:30 | Sal. 13:18 |
Prov. 4:18 | Sal. 120:2 |
Prov. 12:17 | Prov. 10:18 |
Prov. 12:19 | Prov. 19:5 |
Prov. 16:11 | Prov. 20:17 |
Prov. 20:7 | Prov. 20:19 |
Prov. 21:3 | Prov. 20:23 |
Luc. 18:15 | Prov. 21:6 |
Luc. 16:10 | Prov. 25:18 |
Juan 8:32 | Prov. 26:28 |
Hechos 6:3 | Prov. 28:8 |
Rom. 12:17 | Prov. 28:13 |
2 Cor. 8:2 | Eze. 22:13 |
2 Cor. 13:7 | Eze. 22:27 |
Fil. 4:8 | Luc. 16:12 |
1 Tes. 4:12 | Juan 8:44 |
1 Tim. 2:2 | Col. 3:9 |
1 Pedro 2:12 | Apoc. 21:8 |
Dios desea que seamos honrados, fieles y justos. Estos tres versículos así lo afirman. Usa el código musical para completar las letras que faltan.
A veces podemos sentir la tentación de ser deshonestos, pero cuando sabemos lo que Dios opina sobre este tema, y si queremos ser honrados y confiamos en que él nos ayudará a hacer lo correcto, entonces nos resulta más fácil actuar con integridad. Con la ayuda divina, la honestidad puede llegar a ser un hábito. Tomemos hoy la decisión de desarrollar ese hábito y de vivir a la altura de nuestra dignidad y valor.
Ejercicios para imprimir:
Coloca en el cartel tema el engranaje con la ilustración de una Biblia abierta. La Biblia es de vital importancia para guiarnos en el tema de los diezmos y ofrendas.
Un pesimista y un optimista emprendieron juntos un viaje. El pesimista iba abrumado por los mil cuidados y problemas que llenaban su mente. Una y otra vez exclamaba: "Señor, ¿qué debo hacer para vivir?" El optimista marchaba feliz, confiando en Dios.
"Pero, hermano", dijo el angustiado pesimista, "¿cómo puedes estar tan contento? Yo soy un pecador, y mi corazón se quebranta ante el temor de carecer de pan.
"Vamos, vamos", respondió el optimista. *¡No te preocupes! Yo tengo confianza, y me siento tranquilo." "Justamente por eso", replicó el pesimista. "He conocido a otras personas tan confiadas como tú, pero fueron engañadas." El pobre hombre sufrió un nuevo ataque de dudas y se sumió en sus pensamientos. De pronto volvió a la realidad.
"¡Buen Señor!", exclamó, "¿qué haré si me quedo ciego?" Siguió caminando delante de su compañero, pero con los ojos cerrados, tratando de imaginar lo que sería su vida si le sobrevenía esa desgracia.
Mientras tanto, su compañero de viaje que iba tras de él, encontró un monedero, con lo cual su fe en Dios fue recompensada. El pesimista, en cambio, perdió ese hallazgo como un castigo de su desconfianza. El monedero podría haber sido suyo, ya que él había pasado antes a su lado, pero al cerrar los ojos, él mismo se puso en desventaja y eso le impidió descubrirlo.
¿Cuál será la moraleja de esta historia? El que se pone en manos de la Providencia puede estar seguro de que contará con un amigo en los momentos difíciles, mientras que el que está ansioso y desconfía de la bondad divina se vuelve cada vez más y más indigno de ella, y se siente miserable anticipadamente, por temor a lo que podrá sobrevenir después. —Esopo.
En general, las personas que carecen de dinero sufren problemas más graves que las que tienen demasiado. Es fácil ser como el pesimista que vivía continuamente preocupado, pensando de dónde podría conseguir el dinero para pagar el alquiler o para comprar los alimentos. Pocas personas tienen tanta confianza como el optimista de esta historia. Aprender a administrar el dinero es una de las herramientas más útiles para aprender a confiar en Dios.
La actitud de los cristianos en los asuntos financieros es diferente de la de otras personas. Es natural que el individuo que ignora que tiene un Padre celestial, sienta que depende sólo de sus propias fuerzas. Cuando no le alcanza el dinero para cubrir sus necesidades, no tiene a quién recurrir, además de sí mismo. Y si logra reunir una fortuna, lo atribuye a su propia capacidad y usa sus bienes para satisfacer su orgullo.
Dios, el Creador de todas las cosas, para quien el dinero no es más importante que las semillas de las malas hierbas, tiene un concepto muy diferente acerca de las riquezas. Para él, los recursos económicos o la falta de ellos son una herramienta para enseñar lecciones. La usa para fortalecer nuestra confianza en él, para enseñarnos que él existe, que es real y que se interesa en nosotros. Es importante que aceptemos su disciplina. Debemos saber que las lecciones de Dios no son iguales para todos. Puede tener para mí una enseñanza diferente a la que necesita otra persona.
Veamos algunas de las lecciones básicas que Dios intenta transmitirnos a través del uso del dinero.
Mientras tus alumnos leen los siguientes pasajes, escribe en el pizarrón las frases que están entre paréntesis.
Diez lecciones bíblicas sobre las finanzas del cristiano:
El hogar de un cristiano no está en este mundo, porque él ve las cosas bajo un enfoque diferente. ¿Acaso el enemigo podría asustar a alguien que sabe que la muerte es tan sólo un descanso antes que regrese Jesús? ¿O podría arruinar la vida de aquel que está seguro de que su Padre celestial se preocupa por él y lo cuida? El enemigo no puede destruir al individuo que confía realmente en Dios.
¿Recuerdan la historia de Job? Satanás desafió a Dios por causa de Job, y luego hizo todo lo que pudo por desanimar a Job y alejarlo de Dios. Le quitó su fortuna; destruyó a su familia; destruyó su salud. ¿Cuál fue el resultado de este experimento? Job se acercó más que nunca a Dios.
Una antigua fábula acerca del sol y el viento cuenta que ambos estaban conversando cuando vieron a un viajero que avanzaba por un camino. El viento desafió al sol diciéndole: "Soy capaz de sacarle el abrigo a ese hombre antes que tú." El sol aceptó el desafío y dejó que el viento lo intentara primero.
El viento comenzó a soplar. Sus nubes cubrieron el sol. Produjo un aire helado e inclemente. Pero cuanto más soplaba, más se envolvía el hombre en su abrigo.
Por fin, el viento se quedó sin aliento, sin haber logra do desvestir al viajero.
Luego le llegó el turno al sol. Al principio, envió sus rayos delicadamente, y bañó al hombre con su calidez.
El viajero se secó la frente y se desabotonó el abrigo. El sol fue aumentando cada vez más su calor, y al poco rato el hombre se quitó el abrigo y se arremangó antes de seguir caminando.
Un cristiano es como aquel viajero; los vientos huecos de los problemas económicos del mundo no le afectan. Satanás puede tentarlo con las riquezas, puede soplar sobre él el viento helado de las pérdidas económicas, y hasta puede tratar de ocultar, con las nubes de las preocupaciones, la luz que proviene del cuidado de Dios. Pero jamás podrá alejar la presencia divina.
Si confiamos en Dios, sabemos que podemos contar con su protección. Le llevaremos nuestros problemas para que él los solucione. Estaremos atentos para aprender sus lecciones, cumpliremos con la parte que nos toca, y le pediremos sabiduría. Luego dejaremos en sus manos el problema. Esa es la vida del creyente.
Cuando caminamos bajo los cálidos rayos del cuidado divino, no necesitamos usar nuestros propios "abrigos" de la autoprotección. Dios nos da el calor que necesitamos para que sintamos contentamiento mientras avanzamos hacia el reino de los cielos.
"Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto" (1 Tim. 6:6-8).
En el ejercicio de hoy trataremos de descubrir algunas de las recompensas prometidas a los que confían en Dios. Las referencias están codificadas. Procurad descifrar el código. Si no podéis hacerlo, venid al frente, y os contaré el secreto.
Después que conozcáis el código, buscad los versículos y escribid la recompensa que se promete en cada uno. Una, dos o tres palabras serán suficientes. No necesitáis usar las mismas palabras que en la respuesta clave, pero la idea debe ser la misma. Cuando termine el tiempo, veremos quién ha logrado más respuestas correctas de la siguiente lista.
Las recompensas para los que confían en Dios.
Pasajes en código
5 F:N | 42J:L |
5 J:M | 42 K:Z |
19 CCh:Ch | 43 G:CE |
19 CF:Ch | 45 E:U |
19 ABG:A-B | 20 C:E |
23 X:C | 23 ChC:W |
26 CE:X | 40 J:BH |
46 N:DF | 50 Ch:Q |
55 B:F | 59 A:D |
62C:T | 66T:M |
Explicación del código: El número es el orden en el cual se encuentra el libro en la Biblia. Por ejemplo, Génesis = 1; Éxodo = 2; Levítico = 3; etc. Las letras representan el versículo y el capítulo. Por ejemplo, A = 1; B = 2; C = 3; Ch = 4; D = 5 etc.
Clave de las respuestas:
Deut. 7:15 | Quita toda enfermedad |
Deut. 11:14 | Lluvia a su tiempo |
Sal. 34:4 | Liberación |
Sal. 37:4 | Concede peticiones |
Sal. 128:1,2 | Comida, Felicidad |
Prov. 3:6 | Endereza tus veredas |
Isa. 26:3 | Completa paz |
Isa. 43:25 | Borra los pecados |
Eze. 36:26 | Un corazón nuevo |
Mat. 11:29 | Descanso |
Luc. 11:13 | Espíritu Santo |
Luc. 12:28 | Ropa |
Juan 8:36 | Libertad |
Rom. 6:23 | Vida eterna |
1 Cor. 15:57 | Victoria |
Fil. 4:19 | Todo lo que falta |
2 Tim. 2:7 | Entendimiento |
Sant. 1:5 | Sabiduría |
1 Juan 3:22 | Todo lo que pidas |
Apoc. 22:14 | Árbol de la vida |
"No os afanéis, pues diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mat. 6:31-33).
"El contentamiento enriquece al pobre; el descontento empobrece al rico" (El almanaque del pobre Ricardo).
Dios desea que administremos con sabiduría y responsabilidad todo lo que él nos ha dado. Pero sus dones son sólo eso: dones. Nuestros pensamientos y nuestro amor deben estar centrados en él, no en las cosas.
Cuando depositamos nuestra confianza en Dios, y ponemos todo nuestro empeño para administrar sabiamente lo que nos ha sido confiado, Dios asume la responsabilidad de cuidarnos.
Él no quiere que nos preocupemos innecesariamente por nuestros bienes. Lo que sí desea es que dediquemos nuestro tiempo y energías a hacer su obra en la tierra. ¿En qué consiste su obra? Lee Mateo 28:19, 20: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo Amén”. Su obra y sus promesas: ambas son para nosotros.
Ejercicios para imprimir:
Por Víctor Armenteros 13/01/2020 Artículos
Por John Ottberg
Una madre intentaba enseñar a sus dos hijos acerca de Jesús y la historia de la Pascua. Cuando llegó a la parte que hablaba de Pilatos y lo que hizo con Jesús, su hijo de seis años, Noah, se enojó y le preguntó: “Mamá, ¿crees que Pilato hizo lo correcto?” Su madre dijo: “No. Creo que Dios usó la muerte de Jesús en la cruz, pero Pilatos debería haber defendido a Jesús”. Noah dijo: “Estoy de acuerdo. Hubiera cogido a Jesús y hubiera corrido con él a un avión y hubiera despegado rápidamente”. Su hermano de ocho años, Ryan, dijo: “Noah, no había aviones en el tiempo bíblico”. Noah dijo: “Pero mamá dijo que era un ‘Pilatos’. ¿Estabas escuchando?” Esa es una de las mejores preguntas sobre la Biblia. ¿Con qué frecuencia Dios debe querer decir: “¿Estabas escuchando?”?
Esto es cierto en muchas facetas de nuestras vidas: la forma en que hablamos, la forma en que tratamos a otras personas, la forma en que olvidamos la humildad y la forma en que lidiamos con la ira. Pero en ningún lugar es más cierto que cuando se trata de nuestras vidas financieras y aprender a decir “Bastante”. De 30 parábolas, 19 se encuentran en un contexto económico, casi dos tercios de ellas. La moneda perdida, la parábola de los talentos, la parábola del rico y muchas más. La Biblia tiene miles de versículos sobre asuntos financieros.
¿Cómo le va a la gente en nuestros días y nuestra cultura cuando se trata de vivir con sabiduría financiera desde la perspectiva de Dios? Sugeriría que no demasiado bien. Recuerdo que cuando llegué a Menlo (California, EEUU), hace mucho tiempo, alguien me dijo: “Sé que a los predicadores no os gusta hablar sobre el dinero”. Eso me pareció extraño. En nuestra antigua iglesia, el pastor principal era un tipo llamado Bill Hybels. Bill era bien ahorrador, y los recursos desperdiciados (especialmente en la iglesia) le ofendían mucho.
En la plataforma, en Willow, usábamos cinta adhesiva para marcar dónde se suponía que la gente debía levantarse durante el servicio. Bill discutía con el equipo de las instalaciones sobre si estábamos reutilizando o no la cinta adhesiva el tiempo suficiente, asegurándose de que cada centavo llegara tan lejos como fuera posible en esa iglesia. Le encantaba hablar sobre la Biblia y el dinero, y fue brillante en eso. Le encantaba. Recuerdo una vez que hizo un sermón llamado “Los 10 mandamientos financieros”. Nunca lo he olvidado. Voy a cambiar varios de los mandamientos, pero quiero usar esa estructura para este mensaje y hablar juntos sobre los 10 mandamientos para una vida financiera inteligente.
Algunos de vosotros podríais hablar sobre una administración financiera inteligente, pero he estado involucrado en la vida y el ministerio de la iglesia el tiempo suficiente como para saber que incluso las personas que son brillantes para acumular dinero no siempre pueden manejarlo de una manera que honre a Dios. Vamos a reflexionar, a través de los 10 mandamientos financieros, y preguntarnos si estamos dispuestos a vivir una vida financieramente sabia a la luz de la Biblia.
En el Salmo 24: 1, el salmista dice: “La tierra es del SEÑOR, y todo lo que hay en ella, el mundo y todos los que viven en él”. ¿Quién es el propietario? No nos podemos confundir acerca de esto. Hace algún tiempo leí algo en una revista llamada Reader’s Digest. Un viajero, entre vuelos, en un aeropuerto, fue a un salón y compró un pequeño paquete de galletas. Se sentó y comenzó a leer un periódico. Poco a poco, se dio cuenta de un ruido susurrante detrás de su papel. Se quedó estupefacto al ver a un hombre bien vestido sirviéndose sus galletas. No queriendo hacer una escena, se inclinó y tomó una galleta. Pasaron uno o dos minutos, y luego llegaron más susurros. Se estaba sirviendo otra de sus galletas, así que cogió otra. Esto continuó hasta que llegaron a la última galleta, que el hombre partió en dos. Tomó la mitad, se comió la otra mitad y se fue. Estaba furioso por esto cuando se anunció su vuelo, abrió su bolso para coger su billete. Para su sorpresa y vergüenza, allí encontró su paquete de galletas sin abrir. No solo no había estado comiendo sus galletas, ¡había estado comiendo otras galletas!
Un hombre de nuestra iglesia, que ha estado involucrado tanto en negocios de filantropía en el área de la Bahía de San Francisco durante mucho tiempo, dijo que el lugar donde vivimos es el área per capita más alta del mundo. Investigué un poco sobre eso. La Oficina del Censo de los EE. UU. evaluó 280 áreas metropolitanas (supongo que el área de la Bahía de San Francisco se clasificó según el ingreso per cápita de esas 280 áreas metropolitanas). Primero, el Centro Nacional de Estadísticas Caritativas del Instituto Urbano clasificó a 365 regiones en donaciones caritativas. Ahora, dado que somos el número uno en ganar dinero, es de esperar que seamos el número uno en dar dinero. ¿Alguien quiere adivinar dónde nos clasificamos entre 365 regiones en donaciones caritativas? Nos clasificaron en 310. Algo más. Un estudio relacionado con The Roper Center y Harvard descubrió que las familias en Dakota del Sur dan el 75 por ciento más de los ingresos de su hogar que las familias de San Francisco. Pregúntale a la persona promedio del área de la Bahía de San Francisco: “¿Tenemos algo que aprender de las personas de Dakota del Sur?” Probablemente dirían que no. Pero, de hecho, hay algo que aprender: cómo ser generosos. Sé que esto es fundamental para muchos de nosotros. ¿No estamos en el área de la Bahía los reparadores iluminados y benevolentes del mundo? Nos gusta pensar que somos así, pero resulta que tenemos un pequeño problema.
Los escritores bíblicos hablaron de esto hace mucho tiempo. En Deuteronomio, Dios le dice al pueblo de Israel: “Puedes decirte a ti mismo: ‘Mi poder y la fuerza de mis manos han producido esta riqueza para mí’. Pero recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da la capacidad de producir riqueza … Recuerda al Señor tu Dios, porque él es el único “. (Dt 8:17-18) Vivimos en un lugar donde todos pensamos que podemos sobrevivir con mi poder y la fuerza de mis manos, mi creatividad, mi cerebro.
Esta es una paráfrasis del mensaje de Colosenses 3: 22-24: “Y no solo hagas lo mínimo que te ayudará. Haz tu mejor esfuerzo. Trabaja desde el corazón por tu verdadero Maestro, por Dios, seguro de que recibirás el pago completo cuando llegues a tu herencia. Ten siempre en cuenta que el último Maestro al que sirves es a Cristo. El servidor huraño que hace un trabajo de mala calidad será considerado responsable. Siendo un seguidor de Jesús, [un cristiano] no realices un mal trabajo”.
¿Alguien aquí alguna vez se queja del trabajo? Mi hermana estuvo en Haití hace pocas semanas. Como muchos saben, el nivel de desempleo en Haití es de alrededor del 80 por ciento. Ella habló no solo de la devastación física, no solo de lo que le hace a la economía, la pobreza y el hambre, sino también a la incapacidad absoluta del espíritu humano cuando las personas no tienen nada que hacer más que sentarse, día tras día.
¿Con qué frecuencia nos arrodillamos y agradecemos a Dios por la oportunidad de trabajar, trabajar, contribuir y ganar? No es parte de nuestra cultura. ¿Alguna vez has notado que no hay un restaurante llamado “GDL — Gracias a Dios es lunes”? Nosotros no hacemos eso. Una de las grandes contribuciones que la Biblia hizo al mundo antiguo fue la idea de que todo trabajo humano es un honor que conlleva una gran dignidad.
Proverbios 22:29 dice: “¿Ves a alguien experto en su trabajo? Servirán antes que los reyes”. Si somos seguidores de Jesús, la Biblia dice: “Recuerda, cuando trabajas, ya sea que recibas un cheque de pago o no, sea lo que sea que estés haciendo, debes hacerlo con una gran actitud y diligencia y un gran trabajo de índole moral.” Los seguidores de Jesús deberían ser grandes trabajadores, trabajando con una gran actitud. Honra a Dios, es fundamental para la sabiduría financiera.
Proverbios 22: 7 dice: “Los pobres siempre son gobernados por los ricos, así que no pidas prestado y te pongas bajo su poder”. Vivimos en un tiempo en que las personas están amenazadas por la deuda. Recuerdo cuando Bill habló de la deuda. Un tipo se le acercó después del servicio y le dijo que se había excedido un poco con su tarjeta de crédito. Tenía una deuda de 7500 dólares y dijo: “Eso se acaba hoy. Voy a averiguar el pago mensual mínimo y comenzar a pagarlo hasta que lo finalice”.
Haz un poco de matemática por un momento. Con una tasa de interés del 18 por ciento (y puede llegar hasta el 25 por ciento ahora) y un pago mínimo de aproximadamente 150 al mes, ¿cuánto tiempo le tomará a ese tipo pagar una deuda de tarjeta de crédito de 7500 si hace el mínimo cada mes? ¿Y cuánto dinero terminará costando? Si intenta pagar una deuda de 7500 con un 18 por ciento de interés con un pago mínimo de 150, le tomará un poco más de 30 años pagarla. Con una deuda de 7500, terminarás pagando 23000.
La deuda exprimirá la libertad y la paz de las personas como ninguna otra cosa en el mundo. Esta es el área de la bahía. Este es Silicon Valley. Eres la gente de dinero más inteligente del mundo. Pero la deuda, a veces, se apodera de personas realmente brillantes. La Biblia tiene mucho que decir al respecto. Fuera de cualquier hipoteca prudente y de cualquier préstamo comercial que sea prudente, la sabiduría general de la Biblia es que la deuda debe venir con una advertencia de la oficina del Cirujano General: “Esto puede ser peligroso para su salud financiera, emocional y espiritual”.
En Deuteronomio 24: 6, Moisés dice: “No tomes un par de piedras de molino, ni siquiera la superior, como garantía de una deuda, porque eso sería tomar el sustento de una persona como seguridad”. Ahora, ninguno de vosotros habéis tomado una piedra de molino como garantía, y os sentís muy bien al obedecer la Biblia. La idea es que, si alguien tiene que moler el grano para ganarse la vida y renunciar a su piedra de molino para pedir dinero prestado, han perdido su capacidad para obtener sus ingresos.
La Biblia básicamente dice: “No crees una economía en la que las personas puedan poner en peligro su capacidad de mantenerse a sí mismas a través de la deuda”. Te matará. Un consejo personal: si tienes problemas con la deuda, tome la decisión de que se pare hoy. Orar pidiendo la ayuda de Dios.
El Salmo 34 dice: “Ven, hija mía, y escucha atentamente. Te enseñaré obediencia al Señor”. Aquí está la realidad: todos aprendemos sobre el dinero con nuestros padres. Sería fascinante si tuviéramos tiempo de preguntar a todos: ¿Qué aprendiste? ¿A ser impulsivo? ¿A estar preocupado? ¿A ser generoso? ¿A ahorrar? ¿A hacer alarde? Cuando nuestros hijos eran pequeños, les instruimos en el sistema de sobres. Cuando les dimos una ayuda, la pusieron en sobres etiquetados como “Dar”, “Guardar”, “Regalos”, “Gastar”, etc.
Pensé que estaba funcionando hasta que un día tuve una tirita en el brazo, y mi hija, que en ese momento tenía aproximadamente seis años, preguntó: “¿Por qué?” Le expliqué que me había hecho un examen médico ese día para obtener un seguro de vida. Ella preguntó: “¿Qué es eso?” Le expliqué: “Bueno, papá te quiere mucho y ama tanto a la familia, así que si algo le sucediera a papá (lo cual, por supuesto, no lo haría, pero si lo hiciera), os proporcionaría 250,000”. Sus ojos se ensancharon mucho. Ella tiene un corazón tierno, y sabía que estaría preocupada. Ella me miró y dijo: “¿Para cada uno?” Pensé que no estaba estoy seguro de que la lección adecuada se estuviera comunicando.
Vivimos en un área que intentará tentar a los padres para que den a sus hijos muy poco tiempo y energía y compensarlo con demasiado dinero. Pero, el mejor regalo financiero que podemos dar a nuestros hijos no es el dinero. Es el amor al tipo de trabajo correcto. Es esa confianza interna que sé que muchos de vosotros tenéis. Para cualquier cosa que la vida me depare, tendré la capacidad de manejar los desafíos de la vida. Ese un espíritu generoso.
Si le damos a nuestros hijos demasiado dinero estaremos matando esa capacidad. Padres, modeláis la vida financiera de vuestros hijos. Podéis modelar el abuso de la tarjeta de crédito, la deuda crónica, el descuido del diezmo, el descuido de dar y las compras recreativas, o podéis modelar la sabiduría, la simplicidad, la humildad y la generosidad. Y todos vamos a influir en uno u otro modelo.
Pablo escribe sobre esto a la iglesia en Corinto: “El primer día de cada semana, cada uno de ustedes debería reservar una suma de dinero de acuerdo con sus ingresos, ahorrándolo” (1 Cor. 16: 2). Para prepararme para este mensaje, le pregunté a varias personas que son sabias en esta área acerca de la sabiduría financiera. Un hombre me dijo que su primer recuerdo del dinero vino cuando tenía tres años. Fue en medio de la Gran Depresión de EEUU. Sus padres le dijeron que le darían una asignación semanal y que recibiría un centavo por cada año de su vida. Entonces, cuando tuviera tres años, recibiría tres centavos semanales. Le pidieron que se llevara un centavo con él a la iglesia para dárselo a Dios, un centavo para ahorrar, y luego tendría un centavo para gastar a su gusto. Hoy es una de las personas más sabias y generosas que conozco. Todo comenzó cuando tenía tres años. Comenzó con un plan. Es mejor tener un plan primero y dinero después que al revés.
El plan del que suelo hablar (aunque no lo creé yo) es el plan 10-10-80. Si no tienes un plan, te recomiendo este. Es simple: toma el primer 10 por ciento de lo que Dios te envíe directamente desde arriba y dáselo a la obra de Dios. El primer año que Nancy y yo nos casamos, iba a la escuela con una beca que surgió de la generosidad de una familia de esta iglesia. No lo supe por muchos años. Iba a la escuela con esa beca. Nancy trabajaba como empleada doméstica. No teníamos nada, pero tomamos el 10 por ciento de esa pequeño nada, y eso nos dejaba con el 90 por ciento. Dijimos: “Vamos a dárselo a Dios”. Desde el comienzo de nuestro matrimonio lo practicamos. Nunca nos desviamos de ese hábito.
Luego dijimos: “Pondremos un 10 por ciento en ahorros”. La Biblia tiene mucho que decir sobre esto. Proverbios 21:20 dice: “En la casa de los sabios hay tiendas de comida y aceite selectos, pero un hombre necio devora todo lo que tiene”. Esa es la sabiduría de la Biblia sobre las finanzas. Recientemente hablé con otra persona que tiene unos 60 años, y estaba literalmente llorando. De alguna manera llegó a esta edad, pero nunca desarrolló la práctica de ahorrar regularmente, y se sentía tonto y avergonzado. Aún estás a tiempo, solo da un primer paso. Si tiene que comenzar con menos del 10 por ciento para llegar hasta allí, hazlo.
Eso nos deja el 80 por ciento restante. Para la mayoría de nosotros, ese 80 por ciento es mucho más de lo que necesitamos. Pídele a Dios que te guíe en cómo lo vas a manejar todo. No pienses, el 10 por ciento va a Dios y luego el 80 por ciento es todo mío. En cambio, piensa, quiero que Dios me guíe en todo.
Proverbios 30:15 dice: “La sanguijuela tiene dos hijas. ‘¡Dame! ¡Dame!’.” El deseo crónico de más te absorberá la alegría y la gratitud. Es muy destructivo. La Biblia lo compara con una sanguijuela. Cuando era niño, mi tía tenía un pequeño lugar en Turtle Lake, Wisconsin, donde íbamos a nadar. Y las sanguijuelas se unían a nosotros. Solíamos llamarlas chupasangres. Los niños pequeños tenían miedo cuando eso sucedía y abuela tendría que golpearlas con una toalla.
Probablemente nunca hayas visto una sanguijuela. Quiero que sepas cómo es una sanguijuela. Una sanguijuela se adherirá a ti y te chupará toda la vida y la sangre. La Biblia usa la imagen de la sanguijuela. Te absorberá toda la alegría, gratitud y satisfacción.
Vivimos en una cultura que se basa en esto. Está construida sobre, “Más, más, más”. Hablamos de estilos de vida: “¿Cuál es tu estilo de vida? ¿Cuál es tu tasa de consumo? Cuánta ropa, cuánto dinero, qué tamaño de la casa”. Pero la mayoría de la gente nunca pregunta qué sería bastante. Vivimos en Villasanguijuela. Ya que buscamos vivir a la manera de Jesús, cada momento conscientes de la presencia de Dios, y a rendirnos a la voluntad de Dios, ¿qué pasaría si hiciéramos algo contracultural? ¿Y si hoy fuera un día bastante? ¿Qué pasa si este fin de semana fuera un fin de semana bastante? ¿Qué pasaría si dijeras: “A partir de hoy, estoy declarando, ‘tengo suficiente'”?. No buscaré elevar mi nivel de consumo. No intentaré seguir el ritmo de mis vecinos. Declararé a mis vecinos como los ganadores. Los felicitaré. Donde estoy ahora, este nivel de consumo es bastante. De ahora en adelante, si Dios aporta más ingresos a mi manera, si Dios aumenta mis ingresos, trataré de aumentar mis donaciones y no mis adquisiciones”.
Si nosotros como comunidad eclesiástica declaramos seriamente “Bastante” y decimos: “Vamos a limitar nuestros estilos de vida al lugar donde se encuentran”, sería un gran asunto. Este es un trato entre tú y Dios. No hay otra fórmula. En algún momento, un seguidor de Jesús dirá: “Bastante”.
¿Con qué frecuencia te acercas a alguien y le dices: “¿Cuánto dinero ganas?” Esa no sería una buena idea. Le contamos a la gente todo tipo de cosas sobre nosotros mismos. Hablamos de nuestros cuerpos, nuestra salud, problemas personales, problemas matrimoniales, pero casi nunca de nuestros salarios. ¿Por qué?
Por supuesto, decimos: “Es personal”. ¿Por qué es personal? Porque vivimos en un día en que la realidad principal de nuestra cultura es económica. El dinero no es solo un medio neutral de intercambio. El dinero, en nuestros días, es nuestra principal expresión de valor. Lo atribuimos a los tipos de trabajo y, por extensión, al valor de las personas que realizan el trabajo, por lo que se convierte en una declaración de valor. Por eso es tan personal.
Si ganas más que yo, es posible que no pienses mucho en mí. Si gano menos que tú, podría sentir la tentación de envidiarte o compararme contigo. Esto profundiza en cómo nos definimos y sentimos acerca de nosotros mismos. Santiago dice que la iglesia debe ser una cultura alternativa. Encuentra otra forma de medir que no sea dinero. Santiago dice: “Mis hermanos [y hermanas], no mostréis favoritismo … ¿No ha elegido Dios a los pobres a los ojos del mundo para que sean ricos en fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman? Pero, has insultado a los pobres”.
Proverbios 19:17 dice: “El que es amable con los pobres se lo presta al Señor”. Creo que Jesús había pensado mucho en esa declaración de la Biblia cuando dijo: “Lo que sea que hiciste por … lo menos que hiciste por mí”.
Una mujer llamada Pamela llevó carteles sobre el fin de semana de compasión a todo tipo de negocios del área durante la última semana o dos, y docenas de ellos (casi todos los negocios), cuando se les preguntaba: “¿Estaría bien si colocamos este cartel?”, a pesar de que éramos de una iglesia, decían que sí. Alguien le preguntó: “¿Tengo que ser miembro de su iglesia para ayudar, o cualquiera puede hacerlo?” ¿Cuál es la respuesta correcta a esa pregunta? “Solo los presbiterianos pueden servir”. No, ¡cualquiera puede! La Biblia tiene mucho que decir sobre el corazón de Dios hacia los pobres.
En el mensaje de la Biblia, Proverbios 11:14 dice: “Sin una buena dirección, las personas pierden el rumbo. Mientras más sabios consejos sigas, mayores serán tus posibilidades”. La realidad es que es mucho más probable que haga cosas tontas si lo hago todo por mi cuenta. Busca sabiduría financiera. Tengo un muy buen amigo que conoce cada detalle de mi vida financiera, y estoy muy contento. Lo que gasto, lo que doy, lo que gano. La forma en que Nancy y yo hemos manejado nuestro dinero ha sido mucho más honrosa para Dios de lo que hubiera sido si lo hubiéramos hecho de manera aislada. Tienes que conocer a alguien realmente bueno para hacer eso. No te acerques a un extraño y comiences a hablar con ese nivel de detalle, sino busca un consejo sabio.
En Lucas 12:48, Jesús dijo: “A todos los que se les ha dado mucho, se les exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá mucho más”. Esta es la sabiduría financiera más importante que jamás escuchará, y no es de personas que ven la televisión o leen en los libros. Es esto: vas a morir. Digamos todos juntos en voz alta. “Voy a morir.” Ese es un pequeño pensamiento alegre, ¿no?
Me he sentado con mucha gente en su lecho de muerte. Nunca he oído a nadie desear haber hecho más dinero. Nunca me he sentado con alguien en su lecho de muerte y le escuché decir: “Estoy tan contento por la cantidad de mi cuenta corriente”. En ese momento, lo que importa está realmente claro. Es amar a Dios. Le estás pidiendo a Jesús que sea perdonador, sanador y líder, hasta de cada una de nuestras cosas. Es amar a las personas que me rodean y usar lo que sea que venga a mi vida para bendecirlos. No tienes que esperar hasta que estés en tu lecho de muerte para resolverlo. Tú puedes hacerlo ahora.