NABUCODONOSOR NO PUEDE RECORDAR SU SUEÑO, SE LO PIDE A LOS CALDEOS, CON PROMESAS Y AMENAZAS

1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño.

Nabucodonosor ascendió al trono el año 605 A.C., el mismo en que Daniel y sus compañeros fueron deportados a Babilonia. Este año era considerado el año de ascensión al reino y no el primer año del reinado de Nabucodonosor.

De esta forma, Daniel ya había terminado sus estudios de tres años el segundo año del reinado de Nabucondonosor, y los acontecimientos narrados en esta capítulo ocurren poco después del final del capítulo 1.

Los antiguos consideraban los sueños con temor; pensaban que eran revelaciones de sus deidades y procuraban descubrir su verdadera interpretación. El Señor en su providencia, dió a Nabucodonosor este sueño. Dios tenía un mensaje para el rey de Babilonia.

Había representantes de Dios en los palacios de Nabucodonosor mediante los cuales él podía comunicar un conocimiento de sí mismo. Dios no hace acepción de personas ni de naciones. Su propósito es salvar a tantos como lo deseen, de cualquier tribu o nación. Ansiaba tanto salvar a la antigua Babilonia como anhela salvarnos a nosotros.

El sueño tenía el propósito de revelar a Nabucodonsor que el curso de la historia estaba ordenado por Dios y suejto a su voluntad. Al rey se le mostró la responsabilidad que tenía en el gran plan del cielo, a fin de que tuviese la oportunidad de cooperar voluntaria y eficazmente con el programa divino.

Dios se acercó al rey Nabucodonosor por medio de un sueño porque ese era el medio más efectivo para impresionarlo con la importancia del mensaje, para ganar su confianza y asegurar su cooperación. Al comunicar hoy el conocimiento de su voluntad a los hombres, Dios puede usar medios menos espectaculares, pero igualmente sirven para cumplir sus bondadosos propósitos. Siempre adapta sus métodos para influir sobre los hombres de acuerdo con la capacidad de cada individuo y el ambiente de la época en la cual vive cada uno.

2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.
3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.

Para interpretar el sueño fueron llamadas diversas clases de sabios:

Es un error suponer que los sabios de Babilonia eran sóloadivinos y magos. Aunque practicaban con destreza estas artes, eran también eruditos en el verdadero sentido de la palabra. Tenían gran conocimiento astronómico, pues podían predecir tanto eclipses lunares como solares por medio de cómputos. Su capacidad matemática estaba muy desarrollada. Además eran buenos arquitectos, constructores y médicos aceptables que habían encontrado por medios empíricos la manera de curar muchas enfermedades. A ellos debemos nuestra división del tiempo en horas, minutos y segundos.

4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.

Hasta este momento, versículo 4, Daniel ha estado relatando todo en lengua hebrea. Ahora, desde que comienzan a hablar los sabios en el versículo 4 hasta el final del capítulo 7, Daniel escribe en arameo. Daniel como funcionario real dominaba varias lenguas.

La fórmula babilónica encontrada en inscripciones contemporáneas dice así: Que Nabú y Marduk den largos días y años eternos al rey mi señor.

5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares.
6 Y si me mostrareis el sueño y su interpretación. recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación.

Nabucodonosor quedó hondamente impresionado por el sueño, pero al despertar no pudo recordar los detalles. Dios hizo olvidar a Nabucodonosor el sueño para que los sabios no le dieses una falsa interpretación, así como para que el rey confiase plenamente en la verdadera interpretación dada a través de Daniel.

La amenaza dada era común en la antiguedad. Ser hechos pedazos implicaba que se les cortaba miembro por miembro. Asurbanipal cuenta que cortó en pedazos a gobernantes rebeldes.

Las casas eran destruidas, aunque se puede interpretar que una vez convertidas en ruinas eran usadas como basureros o letrinas.

7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación.
8 El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.

Los sabios estaban ganando tiempo con repetidos pedidos que despertaron las sospechas del rey de que estaban tratando de sacar algún provecho con la demora. La fe de Nabucodonosor  estaba puesta aún en esos hombres de los que esperaba que recibiesen la comunicación divina de la interpretación. Al vacilar ellos, sospechó que se habían confabulado para aprovecharse de él.

9 Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación.

Algunas de los cumplimientos de los sueños reales se referían a acciones concretas que debían ser realizadas en un momento de tiempo concreto (por ejemplo, cuando se producía una conjunción específica de algunos planetas).


LOS SABIOS RECONOCEN SU INHABILIDAD Y SON SENTENCIADOS A MUERTE

10 Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo.

Los caldeos se vieron obligados a reconocer su incapacidad para revelar el sueño. Dijeron al rey que pedía algo que excedía al poder humano, y que ningún rey había hecho un pedido tan poco razonable a sus súbditos.

11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.

Esos sabios parecen dar a entender que los dioses con los que ellos se comunican habitualmente no son suficientemente poderosos como para realizar este pedido y que existen dioses (o un Dios) superiores inaccesibles para ellos.

De alguna forma admiten que son los demonios y no el Dios verdadero los que inspiran sus artes de interpretación.

En cualquier caso, reconocían una inteligencia superior o una mente maestra que tenía una sabiduría mucho más elevada que la de los seres humanos. Esta confesión de fracaso proporciona a Daniel una excelente oportunidad de revelar el poder del Dios a quien él servía y adoraba.

12 Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.

La severidad del castigo no está fuera de tono con las costumbres de esos tiempos. Sin embargo, era un paso temerario del rey porque los hombres cuya muerte había ordenado constituían la clase más culta de la sociedad.

13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.

Como se indicó al principio, Daniel y sus compañeron ya habían cumplido el periodo de tres años de estudio y habían sido examinados por el rey. Por ello fueron incluidos entre los condenados a muerte.

El hecho de que hacía muy poco tiempo que Daniel y sus amigos formasen parte de esta élite justificaría el que no fuesen llamados en esta ocasión para hablar con el rey, como tampoco es normal que ante la enfermedad del rey se llame a unos inexpertos médicos recién graduados, aunque formen parte del equipo médico real.


DANIEL LOGRA OBTENER UNA TREGUA Y SE LE REVELA EL SUEÑO

14 Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.

Daniel mostró gran tacto al presentarse ante su superior.

15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había.

Daniel fue informado por Arioc de todo lo que había acontecido.

16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.

Ya que no se había consultado previamente a Daniel el rey pudo pensar que era justo darle una oprotunidad. También se sentiría contento ante la posibilidad de encontrar por fin solución al misterio que le acosaba el alma.

Nabucodonosor había sido favorablemente impresionado por la sinceridad y habilidad de Daniel. La fidelida previa de Daniel en las cosas pequeñas, ahora le abría las puertas a cosas mayores.

El pedido de Daniel era diferente del de los caldeos. Los sabios exigían que el rey les relatase el sueño. Daniel simplemente pidió tiempo y aseguró al rey que le daría la interpretación.

17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.

Daniel y sus compañeros podían acercase a Dios con fe vigorosa y confianza implícita porque, hasta donde ellos sabían y podían, estaban viviendo de acuerdo con su voluntad revelada. Sabían que estaban en el lugar donde Dios quería que estuvieran y que estaban haciendo la obra que el Cielo les habia dado.

Si anteriormente hubieran claudicado en sus principios y hubiesen cedido a las tentaciones que continuamente les rodeaban en la corte real, no podrían haber esperado una intervención divina tan manifiesta en esta crisis.

19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.

Dios le reveló a Daniel la visión exactamente igual que lo hizo con Nabucodonosor.


DANIEL BENDICE A DIOS

20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.

Daniel bendice el nombre de Dios, que es la esencia de su propio carácter y acepta que toda verdadera sabiduría viene de Dios, por lo que los "sabios" de Babilonia no podían interpretar el sueño. El Señor se deleita en conceder sabiduría a los que la usarán correctamente. Hizo esto en favor de Daniel y lo hará en beneficio de todo aquel que confíe plenamente en él.

Las palabras "tiempos" y "edades" son casi sinónimas. La segunda puede referirse a un punto de tiempo más específico, mientras que la primera da más la idea de un periodo.

En estos versículos está revelada la verdadera filosofía de la historia humana. En último término, los reyes y gobernantes están bajo la dirección y el control de un Potentado Todopoderoso.

22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.

Dios revela las cosas que están más allá de la comprensión humana, lo que el hombre no puede ver. Dios también se revela en la naturaleza, en las vivencias personales, por medio del don profético y otros dones del Espíritu, y en su Palabra escrita.

23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
 
En lugar de acudir directamente a Nabucodonosor y salvar su vida y las de los demás sabios de Babilonia, Daniel toma unos momentos para dar gracias a Dios. Esto nos enseña una lección importante: el agradecimiento a Dios por todos los beneficios que nos da.


HACIENDO DETENER EL DECRETO, ES TRAÍDO ANTE EL REY

24 Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación.

La primera preocupación de Daniel, después de dar gracias a Dios, fue la de rogar por los sabios de Babilonia para que la sentencia que pesaba sobre ellos fuese anulada. No habían hecho nada por ganar el indulto, pero se salvaron por la presencia de un hombre justo entre ellos. A menudo a ocurrido esto

Los rectos son la sal de la tierra. Tienen la cualidad de preservar. Debido a la presencia de Pablo en el barco, los marineros y todos los que estaban a bordo se salvaron.

Los impíos no saben cuánto deben a los justos. Sin embargo cuán a menudo los malos ridiculizan y persiguen a aquellos a quienes debieran agradecer por la preservación de su vida.

25 Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación.

Arioc estaba alegre de poderse librar de ejecutar a todos los sabios y actuó "prontamente". Aunque parece orgullosa la forma en que Arioc se atribuye el mérito de encontrar a Daniel, sin embargo debemos comprender que ésta era la forma en que un funcionario del nivel de Arios debía presentar el asunto al rey.

26 Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación?
27 Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
28 Pero hay un Dios en los cielos, el que revela los misterios, y él ha hecho saber rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:

Daniel no tenía ningún deseo de exaltarse sobre los sabios. Al contrario, deseaba ver al rey la futilidad de confiar en sus sabios cuando necesitaba consejo y ayuda. Esperaba que el rey volviera los ojos hacia el gran Dios celestial, el Dios a quien Daniel adoraba, el Dios de los hebreos, cuyo pueblo había sido vencido por el rey.

29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
30 Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.

El mensaje del sueño era para la instrucción de Nabucodonosor así como la de los gobernantes y pueblos hasta el fin del tiempo. El bosquejo de la profecía nos lleva desde el tiempo de Nabucodonosor hasta el fin del mundo y la segunda venida de Cristo.

Nabucodonosor anhelaba conocer el futuro que presentía tenebroso. Dios le reveló el futuro, no para satisfacer su curiosidad, sino para despertar en su mente un sentido de responsabilidad personal para con el plan celestial.
 


EL SUEÑO
 

31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.

En la inmensa mayoría de las traducciones bíblicas, la palabra "imagen" (tsélem en hebreo y arameo) se traduce como "estatua", término que es más correcto.

La apariencia de la estatua era extraordinaria y a la vez espantosa.

32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; vientre y sus muslos, de bronce;
33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.

Después de hacer una descripción general de la estatua, Daniel pasa a enumerar las distintas partes de ella, las cuales son de distintos materiales, desde el mas valioso (el oro) hasta el de menor valor (el barro). Este barro al que se refiere, es barro moldeado, de alfarero.

34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido y los desmenuzó.
35 Entonces fueron desmenuzados tan bien el hierro, el barro cocido, el bronce,. plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento si que de ellos quedara rastro alguno. Mas 1a piedra que hirió a la imagen fue hecha u gran monte que llenó toda la tierra.

La piedra fué sacada de una cantera o extraída, sin la ayuda de instrumentos humanos.

En Palestina se avienta el grano, hasta el día de hoy, lanzándolo al aire con uan pala u horquilla, o sacudiéndolo dentro de una zaranda, para que el grano caiga por su propio peso y la paja (tamo) sea llevada por el viento. Este trabajo se hacía generalmente cuando refrescaba el atardecer.

La era, por lo general, era un lugar plano de suelo duro, en forma circular, de unos 15 m. de diámetro. se desparramaban allí, sobre el suelo, las gavillas enteras o las espigas ya separadas de las gavillas, donde eran pisoteadas por bueyes para separar los granos de las espigas. Algunas veces se usaba para esto un tablón cargado de piedras y tirado por bueyes. Después de aventarse el grano, se lo pasaba por cedazos para sacarle la piedra y la tierrecilla. Entonces se lo consideraba listo para guardar y, posteriormente, molerlo.

En estos versículos se usa el tamo para indicar la inutilidad de los materiales, una vez destruidor por la piedra.


LA INTERPRETACIÓN

36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.
37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.

El título "rey de reyes" también se encuentra en la inscripción del rey persa, Ariaramnes, contemporáneo de Nabucodonosor.

En sus inscripciones Nabucodonosor atribuye su éxito como rey a su dios Marduk, pero Daniel en forma cortés corrige esta idea equivocada. Afirma que es el Dios del cielo quien le ha dado tal poder.

El territorio que Nabucodonosor gobernaba había tenido una larga y variada historia y había estado bajo el gobierno de diferentes pueblos y reinos. De acuerdo con el Génesis, la ciudad de Babilonia fue parte del reino fundado por Nimrod, bisnieto de Noé (Gén. 10: 8-10). Varias ciudades-estados existieron en los valles del Tigris y del Eufrates en una época muy antigua. Más tarde algunos Estados se agruparon en varios reinos sumerios. Después del primer período de dominación de Sumer; vino el reino de Akkad, con sus grandes reyes semitas, Sargón I y su hijo Naram-Sin. Sin embargo, estos semitas fueron a su vez reemplazados por varias naciones, como los guti, los elamitas y los sumerios. Ellos a su vez dieron lugar a los semitas que fundaron el antiguo Imperio Babilónico, que floreció en época de los últimos patriarcas. El imperio amorreo del cual Hammurabi fue el rey más importante, llegó a incluir toda Mesopotamia y se expandió hasta Siria, como el imperio acadio de Sargón I. Más tarde Mesopotamia fue tomada por los horeos y casitas, y Babilonia llegó a ser menos importante que los poderosos impenos de los hititas y de los egipcios. Entonces, en el norte de Mesopotamia, se levantó otro poder mundial, el imperio asirio, que nuevamente unió Mesopotamia y el Asia occidental con el Mediterráneo. Después de un período de dominación asiria, Babilonia logró otra vez su independencia bajo el gobierno de los caldeos, y tomó nuevamente la dirección del mundo. Nabopolasar (626-605 a. C.) fue el fundador de lo que se llama el Imperio Caldeo o Neobabilónico, el cual tuvo su edad de oro en los días del rey Nabucodonosor (605-562 a. C.) y duró hasta que Babilonia cayó en manos de los medos y los persas en el año 539

38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

Daniel usa  una representación apropiada del dominio de Babilonia en tiempos de Nabucodonosor. La manera en que los antiguos reyes incluían el mundo animal en la esfera de su dominio se ilustra con una declaración de Salmanasar III: "Ninurta y Palil, que aman mi sacerdocio, me han dado todas las bestias del campo".

El siguiente pasaje de la así llamada inscripción de East India House (Casa de la India Oriental) es típica de la evidencia arqueológica que atestigua la descripción hecha por Daniel de las conquistas de Nabucodonosor:

"En su [de Marduk] excelso servicio he atravesado países lejanos, montañas remotas desde el Mar Superior [Mediterráneo] hasta el Mar Inferior [golfo Pérsico], sendas escarpadas, caminos obstruidos, donde el paso se ve impedido, [donde] no hay lugar para poner el pie, [también] rutas no trazadas, [y] caminos desiertos. A los desobedientes subyugué; capturé a los enemigos, establecí justicia en la tierra; exalté al pueblo; a los malos y malvados alejé de la gente".

Nabucodonosor era la personificación del Imperio Neobabilónico (la cabeza). Las conquistas militares y el esplendor arquitectónico de Babilonia se debían, en gran medida, a sus proezas.

Para embellecer la ciudad de Babilonia se había usado oro en abundancia. Herodoto describe con profusión de términos el resplandor del oro en los templos sagrados de la ciudad. La imagen del dios, el trono sobre el cual estaba sentado, la mesa y el altar estaban hechos de oro (Herodoto i. 181,183; iii. 1-7). El profeta Jeremías compara a Babilonia con una copa de oro (Jer. 51:7). Plinio describe las vestimentas de los sacerdotes como entretejidas con oro.

Nabucodonosor sobresalía entre los reyes de la antigúedad. Dejó a sus sucesores un reino grande y próspero, como podemos entresacar de la siguiente inscripción:

"[Desde] el Mar Superior [hasta] el Mar Inferior (una línea destruida)... que Marduk, mi señor, me ha confiado a mí, yo he hecho... la ciudad de Babilonia a la delantera de entre todos los paises y toda habitación humana; su nombre yo he [hecho o elevado] el [sumamente digno de] alabanza entre las ciudades sagradas... Los santuarios de mis señores Nebo y Marduk (como) sabio (gobernante)... siempre...

"En ese tiempo, el Líbano (/a-aí-na-a-nu), la montaña [de cedro], el frondoso monte de Marduk, el olor del cual es dulce, los al[tos] cedros de los cuales, [su] pro[ducto], otro dios [no ha deseado, que] ningún otro rey ha cor[tado]... mi nabu Marduk [había deseado] como adorno apropiado para el palacio del gobernante del cielo y la tierra, (este Líbano) sobre el cual un enemigo extranjero estaba dominando y robando (le) sus riquezas; su pueblo estaba esparcido, había huido lejos (a la región lejana). (Confiando) en el poder de mis señores Nebo y Marduk, organicé [mi ejército] para u[na expedición] al Libano. Yo hice feliz a ese país erradicando a su enemigo por doquiera (lit. abajo y arriba). Todos sus habitantes esparcidos llevé de vuelta a sus poblaciones (lit. junté y reinstalé). Lo que ningún rey anterior había hecho (yo conseguí): corté a través de las empinadas montañas, partí rocas, abrí pasajes y (así) construí un camino derecho para (el transporte de los) cedros. Yo hice que el Arahtu flo[tase] (hacia abajo) y llevase a Marduk, mi rey, imponentes cedros, altos y fuertes, de preciosa hermosura y de excelente calidad oscura, el rendimiento abundante del Líbano, como (si fuera) tallos de cañas (llevados por) el río. Dentro de Babilonia [almacene] madera de morera. Hice que los habitantes del Líbano vivieran juntos con seguridad y no permití que nadie los molestara. Para que nadie les hiciera daño [a ellos] yo eri[gi allí] una estela (que) me (muestra) (como) rey eterno" (Ancient Near Eastern Texts, p. 307).

39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.

Como la plata es inferior al oro, el Imperio Medo-Persa fue inferior al Neobabilónico.

Algunos comentadores han explicado que el término "inferior" significa "más abajo en la imagen", o "debajo". La expresión significa correctamente, "hacia abajo", "hacia la tierra", pero en este versículo Daniel no habla de la posición relativa de los metales, sino de las naciones. Al contrastar los dos reinos, encontramos que aunque el segundo fue más extenso, ciertamente fue inferior en lujo y magnificencia. Los conquistadores medos y persas adoptaron la cultura de la compleja civilización babilónica, porque la suya estaba mucho menos desarrollada.

Este segundo reino de la profecía de Daniel es llamado a veces Imperio Medo-Persa, porque empezó como una combinación de Media y Persia. Incluía el más antiguo Imperio Medo y las adquisiciones más recientes del conquistador persa Ciro. El segundo reino no puede ser el Imperio Medo solamente, como algunos sostienen, lo que convertiría a Persia en el tercer reino. El Imperio Medo fue contemporáneo del Imperio Neobabilónico, no su sucesor. Media cayó ante Ciro el persa antes de que cayera Babilonia. El hecho de que después de la muerte de Belsasar, Darío de Media "vino a ser rey sobre el reino de los caldeos" (cap. 9:1) no significa que hubiese un imperio medo independiente después del babilónico y antes de que los persas tomaran el mando. Darío de Media reinó en Babilonia por permiso del verdadero conquistador, Ciro, cosa que Daniel seguramente sabía. El libro de Daniel se refiere varias veces a la nación que conquistó a Babilonia, a la cual Darío representaba, como la de "los medos y los persas" (ver cap. 5: 28; 6: 8, 28), y en otras partes representa a ese imperio dual como una sola bestia (ver cap. 8:3-4).

No es claro el origen de los medos y los persas, pero se cree que alrededor del año 2000 a. C. varias tribus arias, encabezadas por los madai (medos), empezaron a emigrar de lo que ahora es el sur de Rusia y se establecieron en lo que más tarde fue el norte de Persia, donde aparecen por primera vez en la historia en el siglo IX. Entre esos arios estaban también los persas que se establecieron en los montes Zagros en la frontera con Elam, hacia fines del siglo IX a. C. Probablemente ya en 675 a. C. su gobernante se estableció como rey de la ciudad de Ansán. Allí él y sus descendientes reinaron en relativa oscuridad. Al comenzar el siglo VI a. C. eran vasallos del rey medo y gobernaban un Estado fronterizo relativamente insignificante en el gran Imperio Medo, que se extendía desde la parte oriental de Asia Menor, por el norte y este del Imperio Babilónico.

Ciro, que había llegado a ser rey de Persia siendo vasallo de Media, derrotó a Astiages de Media en el año 553 ó 550 a. C. Así los persas que anteriormente estaban subordinados a los medos, llegaron a tener el poder dominante en lo que había sido el Imperio Medo. Puesto que los persas gobernaron desde el tiempo de Ciro en adelante, se los menciona corrientemente como Imperio Persa. Pero el prestigio más antiguo de Media se reflejaba en la frase "medos y persas" que se aplicaba a los conquistadores de Babilonia en el tiempo de Daniel y aún más tarde (Est. 1:19; etc.). La posición honrosa de Darío de Media después de la conquista de Babilonia demuestra el respeto de Ciro para con los medos, aun cuando él mismo tenía realmente el poder.

Años antes, bajo la inspiración profética, el profeta Isaías había descrito la obra de Ciro (Isa. 45:1). Este conquistador de Media pronto derrotó a las tribus vecinas y gobernó desde el Ararat al norte hasta el sudeste de Babilonia y el golfo Pérsico al sur. Para completar su imperio, derrotó al rico Creso de Lidia en el año 547 a. C. y tomó Babilonia mediante una estratagema en el año 539 a. C. Ciro reconoció que el Señor le había dado todos esos reinos (2 Crón. 36:23; Esd. 1:2).

El sucesor del Imperio Medo-Persa fue el Imperio "Griego" (más propiamente Macedónico o Helenístico) de Alejandro y sus sucesores (ver cap. 8:20-21).

La palabra hebrea que significa Grecia es Yawan (Javán), nombre de uno de los hijos de Jafet. Se menciona a Javán en la genealogía inmediatamente después de Madai, progenitor de los medos (ver Gén. 10:2). Alrededor del tiempo cuando los israelitas estaban estableciéndose en Canaán, esas tribus indoeuropeas más tarde llamadas griegos estaban emigrando en olas sucesivas a la región egea (la Grecia continental, las islas y costas occidentales del Asia Menor), conquistando o expulsando a los habitantes mediterráneos anteriores. Estos desplazamientos estuvieron relacionados con la migración de los Pueblos del Mar (que incluían a los filisteos) a las costas orientales del Mediterráneo. Los griegos jónicos se encontraban en Egipto en la época de Psamético I (663-610 a. C.) y en Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor (605-562 a. C.) como lo afirman registros escritos.

Grecia estaba dividida en pequeñas ciudades-estados que tenían un idioma común pero poca acción unificada. Al pensar en la Grecia antigua, pensamos principalmente en la edad de oro de la civilización griega bajo el liderazgo de Atenas, en el siglo V a. C. Este florecimiento de la cultura griega siguió al período de mayor esfuerzo unido de las ciudades-estados autónomas, la exitosa defensa de Grecia contra Persia, alrededor del tiempo de la reina Ester.

La "Grecia" del cap. 8:21 no se refiere a las ciudades-estados autónomas del período de la Grecia clásica, sino al posterior reino macedónico que venció a Persia. Macedonia, una nación consanguínea situada al norte de Grecia propiamente dicha, conquistó las ciudades griegas y las incorporó por primera vez a un Estado fuerte y unificado. Alejandro Magno, después de haber heredado de su padre el recién agrandado reino grecomacedónico se puso en marcha para extender la dominación macedónica y la cultura griega hacia el oriente y venció al Imperio Persa. La profecía representa al reino de Grecia como un reino que vendría después de Persia, porque Grecia nunca se unió para formar un reino hasta la formación del Imperio Macedónico que reemplazó a Persia como principal poder del mundo de ese tiempo (en cuanto a las profecías paralelas ver cap. 7:6; 8:5-8,21-22; 11:2-4).

El último rey del Imperio Persa fue Darío III (Codomano), que fue derrotado por Alejandro en las batallas de Gránico (334 a. C.), Iso (333 a. C.), y Arbela o Gaugamela (331 a. C.).

Los soldados griegos se distinguían por su armadura de bronce. Sus cascos, escudos y hachas de batalla eran de bronce. Herodoto nos dice que Psamético I de Egipto vio en los piratas griegos que invadían sus costas el cumplimiento de un oráculo que predecía a "hombres de bronce que salen del mar" (Herodoto i.152, 154).

La historia registra que el dominio de Alejandro se extendió sobre Macedonia, Grecia y el Imperio Persa. Incluyó a Egipto y se expandió por el oriente hasta la India. Fue el imperio más extenso del mundo antiguo hasta ese tiempo. Su dominio fue "sobre toda la tierra" en el sentido de que ningún poder de la tierra era igual a él, y no porque cubriese todo el mundo, ni aun toda la tierra conocida en ese tiempo. Un "poder mundial" puede definirse como aquel que está por encima de todos los demás, invencible; no necesariamente porque gobierne a todo el mundo. Las afirmaciones superlativas eran comúnmente usadas por los reyes de la antigüedad. Ciro se denomina a si mismo "rey del mundo... y de los cuatro bordes [regiones de la tierra]". Jerjes se autodenominó: "el gran rey, el rey de reyes... el rey de este grande y vasto mundo".

40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.

Esta no es la etapa posterior cuando se dividió el imperio de Alejandro, sino el siguiente imperio que conquistó al mundo macedónico. En otra referencia Daniel representa a las monarquías helenísticas, las divisiones del imperio de Alejandro, con los cuatro cuernos del macho cabrío que simboliza a Grecia (cap. 8:22), no con una bestia separada (compárese con las cuatro cabezas del leopardo; ver cap. 7:6).

Es evidente que el reino que sucedió a los restos divididos del Imperio Macedónico de Alejandro fue lo que Gibbon ha llamado muy adecuadamente la "monarquía de hierro" de Roma, aunque no era monarquía en el tiempo en que llegó a ser el principal poder del mundo. Mucho antes de la tradicional fecha de 753 a. C., Roma había sido establecida por tribus latinas que habían venido a Italia en oleadas sucesivas alrededor del tiempo en que otras tribus indoeuropeas se habían establecido en Grecia. Desde aproximadamente el siglo VIII a. C. hasta el V a. C. la ciudad-estado latina fue gobernada por reyes etruscos vecinos. La civilización romana fue muy influida por los etruscos, que vinieron a Italia en el siglo X a. C., y especialmente por los griegos que llegaron dos siglos más tarde.

Por el año 500 a. C. el Estado romano se convirtió en república, y siguió siéndolo por casi 500 años. En 265 a. C. toda Italia estaba bajo el domino romano. En 200 a. C. Roma salió victoriosa de la lucha a muerte que había sostenido con su poderosa rival del norte de Africa, Cartago (originalmente una colonia fenicia). Desde entonces Roma se hizo dueña del Mediterráneo occidental y era más poderosa que cualquiera de los Estados del oriente, aunque aún no se había enfrentado con ellos. Desde entonces Roma primero dominó y luego absorbió, uno tras otro, a los tres reinos que quedaron de los sucesores de Alejandro, y así llegó a ser el siguiente gran poder mundial después del de Alejandro. Este cuarto imperio fue el que más duró y el más extenso de los cuatro, pues en el siglo II d. C. se extendía desde Inglaterra hasta el Eufrates.

Todo lo que se ha podido reconstruir de la historia romana confirma la idea de "desmenuzar". Roma ganó su territorio por la fuerza o por el temor que infundía su poderío armado. Al principio intervino en conflictos internacionales en una lucha por sobrevivir contra su rival, Cartago, y se vio así envuelta en una guerra tras otra. Después, aplastando a un adversario tras otro, llegó a ser finalmente la agresiva e irresistible conquistadora del mundo mediterráneo y de Europa Occidental. Al principio de la era cristiana, y un poco más tarde, el poder de hierro de las legiones romanas respaldaba a la Pax Romana (la paz de Roma). Roma era el imperio más grande y más fuerte que el mundo había conocido hasta entonces.

41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.

Aunque menciona a los dedos, Daniel no llama específicamente la atención a su número. Declara que el reino sería dividido. Muchos comentadores han sostenido que los dedos, que se da por sentado que eran diez, corresponden con los 10 cuernos de la cuarta bestia del cap. 7 (ver cap. 7:7).

Roma había perdido su tenacidad y fuerza férreas, y sus sucesores eran manifiestamente débiles, como la mezcla de barro con hierro.

43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.

Muchos comentadores aplican la expresión "alianzas humanas" a los matrimonios entre miembros de la realeza, aunque la intención de la declaración puede ser más amplia. La palabra traducida "humanas" es 'enash, "humanidad". Por esto puede tratarse también de una indicación general de migraciones de la población, pero que mantenían fuertes vínculos de nacionalismo. En el manuscrito quisiano de la LXX aparecen distintas variantes respecto al texto masorético. Los vers. 42-43 dicen: "Y los dedos de los pies, una cierta parte de hierro y otra cierta parte de alfarería, una cierta parte del reino será fuerte y una cierta parte será quebrada. Y como viste el hierro mezclado con obra de alfarería, habrá mezclas entre generaciones de hombres, pero ellos no pensarán lo mismo, ni se amistarán unos con otros como es imposible mezclar hierro con arcilla". La traducción de Daniel hecha por Teodoción, que prácticamente desplazó a la traducción griega, conocida como la LXX, tiene más parecido con el texto masorético, pero muestra también variantes: "Y los dedos de los pies, una cierta parte de hierro y una cierta parte de barro, una cierta parte del reino será fuerte y de él [una parte] será quebrada. Porque viste el hierro mezclado con la alfarería, habrá mezcla en la simiente de hombres y no se pegarán éste con aquél así como el hierro no se mezcla con la alfarería".

Es difícil evaluar en forma definida la autoridad de la LXX. Por eso es imposible que sepamos hasta qué punto las traducciones arriba citadas han conservado las palabras originales de Daniel. Sin embargo, los papiros de Chester Beatty, en la sección de Daniel que está fechada a principios del siglo III d. C., contienen la versión de los Setenta (MS qulsiano) y no la traducción de Teodoción.

La profecía de Daniel ha soportado y soportará la prueba del tiempo. Algunas potencias mundiales han sido débiles, otras fuertes. El nacionalismo ha continuado con vigor. Las tentativas de convertir en un imperio único y grande las diversas naciones que surgieron del cuarto imperio han terminado en el fracaso. Ciertas secciones se han unido transitoriamente, pero la unión no resultó ni pacífica ni permanente.

Ha habido también muchas alianzas políticas entre las naciones. Estadistas de amplia visión por diversos medios han tratado de realizar una federación de naciones que se desempeñara eficazmente, pero todas esas tentativas se han frustrado.

La profecía no declara específicamente que no podría haber una unión transitoria de varios elementos, por medio de la fuerza de las armas o de una dominación política. Sin embargo, afirma que si se intentase o se lograse formar tal unión, las naciones que la integrasen no se fusionarían orgánicamente, y continuarían sus recelos mutuos y hostiles. Una federación formada sobre tal fundamento está condenada a la ruina. El éxito pasajero de algún dictador o de alguna nación no debe señalarse como el fracaso de la profecía de Daniel. Al fin Satanás podrá formar una unión transitoria de todas las naciones (Apoc. 17:12-18; cf. Apoc. 16:14), pero la confederación será efímera, y en poco tiempo los elementos que formen esa unión se volverán uno contra el otro.

44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.

Muchos comentadores han tratado de hacer de la frase "levantará un reino" una predicción del primer advenimiento de Cristo y de la posterior conquista del mundo por el Evangelio. Pero este "reino" no debía coexistir con ninguno de aquellos cuatro reinos; debía suceder a la fase del hierro y barro mezclados, que aún no había llegado cuando Cristo estuvo en la tierra. El reino de Dios estaba aún en el futuro en ese tiempo, como el Señor dijo claramente a sus discípulos en la última cena (Mat. 26:29). Ha de ser establecido cuando Cristo venga en el día final para juzgar a los vivos y a los muertos (2 Tim. 4:1; cf. Mat. 25:31-34).

La palabra "piedra" es una traducción del arameo 'ében, palabra idéntica al Heb. 'eben, "piedra", término usado para referirse a losas, piedras para tirar con honda, piedras talladas, vasijas de piedra, piedras preciosas. La palabra "roca", que se usa frecuentemente con referencia a Dios (Deut. 32:4, 18; 1 Sam. 2:2; etc.), proviene del Heb. tsur y no de 'eben. No puede afirmarse que haya una relación necesaria entre el símbolo que usó Daniel para el reino de Dios y la figura de una roca o piedra en otras referencias. La interpretación dada por Daniel es suficiente por sí misma para identificar el símbolo.

Este reino tiene origen sobrehumano. Ha de ser fundado, no por las hábiles manos de los hombres, sino por la poderosa mano de Dios.


ENCUMBRAMIENTO DE DANIEL
 

46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso.

El postrarse sobre su rostro era una señal de respeto y reverencia. Tales expresiones de respeto se encuentran en el AT (Gén. 17:3; 2 Sam. 9:6; 14:4).

Según el pensamiento antiguo, la verdadera forma de adorar o rendir homenaje era postrándose. En todo el cap. 3 se usa la misma palabra, seqid, para describir la adoración de la imagen de oro, ordenada por el rey pero rechazada por los hebreos. Las palabras que se traducen "presentes" e "incienso" combinadas con la palabra que significa "ofrecer", también inequivocamente implican adoración. No se nos dice si Daniel permitió esos actos sin protestar. El registro sólo dice que Nabucodonosor mandó que se ofreciesen presentes e incienso a Daniel, pero no dice si eso se llevó a cabo. Daniel puede haber llamado la atención, con todo tacto, a lo que ya había afirmado positivamente, que la revelación provenía del Dios del cielo y que él no la había recibido debido a que su inteligencia fuera superior (ver vers. 30).

Considerando la protesta de Pedro ante la adoración de Cornelio (Hech. 10:25-26), la forma en que Pablo y Bernabé impidieron que los adoraran los habitantes de Listra (Hech. 14:11-18) y el reproche que le hizo el ángel a Juan cuando éste cayó a sus pies para adorarle (Apoc. 19:10), muchos creen que no es probable que Daniel hubiera permitido que el rey lo adorase. Otros razonan que, en vista de que Dios acepta la sinceridad del motivo cuando los hombres obedecen los dictados de su conciencia, Daniel puede haber sido inducido a no impedir eso en esa ocasión. Muchos comentadores siguen la sugestión de Jerónimo de que Nabucodonosor no estaba adorando a Daniel, sino que a través de Daniel estaba adorando al Dios de Daniel. También llaman la atención a la narración de Josefo quien relata cómo Alejandro se inclinó ante el sumo sacerdote judío, y cuando Parmenión (o Parmenio), el general del rey, preguntó acerca del significado de este acto, Alejandro contestó: "No lo adoré a él, sino a ese Dios que lo ha honrado con su sumo sacerdocio" (Antiguedades, xi. 8.5). Sin embargo, una interpretación estricta del segundo mandamiento del Decálogo, desaprueba muy seriamente todos los actos tales.

Hasta ese momento Nabucodonosor conocía poco del Dios verdadero, y aun menos de la manera como se lo debía adorar. Hasta allí su conocimiento de Dios estaba limitado a lo que había visto del carácter divino reflejado en la vida de Daniel y lo que Daniel le había dicho de Dios. Es muy posible que Nabucodonosor, al ver en Daniel el representante vivo de "los dioses cuya morada no es con la carne" (vers. 11), tuviera la intención de que los actos de adoración que dispuso para Daniel fueran para honrar al Dios de Daniel. Sin duda, por su limitado conocimiento del verdadero Dios, Nabucodonosor estaba haciendo lo mejor que sabía en esa ocasión para expresar su gratitud y honrar a Aquel cuya sabiduría y cuyo poder habían sido demostrados en forma tan impresionante.

La palabra hebrea que corresponde con la aramea que se usa para "presentes", generalmente indica una ofrenda incruenta.

47 El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.

La expresión está en grado superlativo. Nabucodonosor, que llamaba a su dios patrono Marduk "señor de dioses", aqui reconoce que el Dios de Daniel es infinitamente superior a cualquiera de los así llamados dioses de los babilonios.

Es evidente que Nabucodonosor sabia que ése era un titulo que se le aplicaba a Marduk en el relato babilónico de la creación. Él mismo, en cada fiesta de Año Nuevo, recibía de Marduk otra vez su reinado. Además se le puso su nombre debido a Nabu, hijo de Marduk, el escriba que escribió las Tablillas del Destino.

Nabucodonosor era hombre de inteligencia y sabiduría superiores, como lo revelan los planes que dispuso para la enseñanza profesional de los funcionarios de la corte (cap. 1:3-4) y su habilidad para justipreciar su "sabiduría e inteligencia" (vers. 18-20). Aunque fuera imperfecto el concepto que Nabucodonosor poseía del verdadero Dios, ahora tenía una prueba irrefutable de que el Dios de Daniel era infinitamente más sabio que los sabios o que los dioses de Babilonia. Algunos hechos posteriores habrían de convencer al rey Nabucodonosor respecto a otros atributos del Dios del cielo (ver cap. 3:28-29; 4:34, 37).

48 Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia.
49 Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.

Daniel fue hecho jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. Mejor, "principal prefecto". Daniel no interpretó el sueño para obtener alguna recompensa del rey. Su único propósito era ensalzar a Dios ante el rey y ante todo el pueblo de Babilonia.

Daniel no quedó embriagado por los grandes honores que le habían sido otorgados. Recordó a sus compañeros. Habían compartido la oración (vers. 18); también compartieron la recompensa.


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