UN DIOS QUE VUELVE

MUCHOS  siglos antes de que el general Douglas McArthur anunciara a los habitantes de las Filipinas que regresaría, el Gran Libertador de todo el planeta Tierra proclamó: "Vendré otra vez". Esta declaración no es la dudosa promesa de un ser mortal común; es la garantía confiable del regreso triunfante del Rey de reyes y Señor de señores con el propósito de establecer un reinado universal.

Además, como para añadir mayor certeza a una promesa de por sí garantizada, un grupo de ángeles que participaron en el milagro de la ascensión del Señor anunció a los sorprendidos discípulos: "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo"  El regreso de Jesús por segunda vez como Rey y Señor de todo el universo fue proclamado por él mismo y apoyado por profetas, apóstoles y ángeles.

El apóstol Pablo en lenguaje vívido describe la majestad, el esplendor y el extraordinario despliegue de poder que acompañará el regreso del soberano Dador de la vida. "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo". "Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez... para salvar a los que le esperan.

Con elocuencia similar el apóstol Pedro dibuja una imagen gráfica del resplandor y la intensidad cataclísmica del "día del Señor". En Tito se refiere a este evento como a la "esperanza bienaventurada". La Biblia entera, del Génesis al Apocalipsis está repleta de declaraciones proféticas acerca de la certeza del regreso de Jesucristo. Todas éstas aseguran que Jesús vendrá pronto en cumplimiento de su promesa de regresar y restaurar todas las cosas.

COMO SABERCUANDO REGRESARA

La pregunta fundamental que el mundo debe enfrentar hoy no es la de si Jesús regresará otra vez. Esto ya ha sido estipulado vez tras vez en las Escrituras. Lo que necesitamos saber es cómo estar listos para dar la bienvenida al Rey y Libertador que regresa. Dirigiéndose a sus discípulos en respuesta a su pregunta de cómo y cuándo regresaría, Jesús señaló hacia una higuera.

"Mirad la higuera y todos los árboles -les dijo-. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios ".

Previo a su ascensión, Jesús indicó que su regreso sería precedido por una manifestación espectacular de señales irrefutables que indicarían su autenticidad. Al referirse a la secuencia de estos eventos Jesús enumeró una serie de sucesos en el mundo político, religioso, social y físico. La pobreza creciente, la superpoblación, los desastres ecológicos, la amenaza de la aniquilación nuclear, el reinado del terrorismo internacional, los desastres naturales, el hambre, la hostilidad entre las clases sociales, todo señala hacia el fin que se acerca. Jesús además indicó que las consecuencias de estos portentos amenazadores serían "la angustia de las gentes... desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra".

Las noticias en los periódicos y los noticieros televisivos son confirmaciones del cumplimiento diario de las señales predichas por las Escrituras. La humanidad vive en un tiempo grandioso y terrible. Una época de profecías cumplidas y por cumplirse que claramente prueban la inminencia del regreso del Señor. Jesús sintetizó el mensaje de estas señales múltiples, "cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca".

Cada día que pasa nos acerca más al glorioso momento de la liberación final. Cada señal es un augurio de la pre-ciosa promesa, "vendré otra vez".

LA EMOCION DE SU VENIDA

El regreso triunfante del Hijo de Dios será el evento más glorioso y espectacular de la historia humana. Para aquellos que lo aceptan, lo aman y esperan gozosos su venida, será un día de liberación, realización y celebración. Sólo entonces podrán los redimidos exclamar: ¡Al fin libres! ¡Al fin libres! ¡Gloria al Dios todopoderoso!

La segunda venida de Jesús será la culminación dramática de la historia. Terminarán la muerte, el dolor, la enfermedad, el crimen, la separación y la destrucción. La segunda venida traerá consigo el tan añorado comienzo de un mundo donde existirá una paz permanente, justicia absoluta, total igualdad, prosperidad eterna, salud perfecta y vida eterna.

¡Qué esperanza tan gloriosa! El verdadero monarca del universo regresa triunfante a la Tierra para terminar para siempre con las guerras, erradicar la pobreza, reconstruir un mundo estropeado e inaugurar su reino de justicia.

LA RESTAURACION FINAL

La intrusión del pecado le robó al hombre su estado original de perfección y armonía. El hombre perdió su carácter perfecto, su perfecta comunión con Dios, su perfecto hogar y su vida perfecta. Fue creado para ser semejante a Dios; para vivir una vida saludable, santa y feliz en un mundo físico en perfecta armonía con Dios.

Pero la entrada del pecado tomó la armonía en caos. De ahí la necesidad de un plan de redención. Para alcanzar este objetivo supremo, Dios se hizo carne, vivió una vida sin pecado, murió en una cruz, se levantó triunfalmente de la tumba y ascendió a la gloria en majestad como el intercesor del pecador durante el juicio previo al advenimiento.

ESTE ES EL MOMENTO DE PREPARARNOS

A nuestro alrededor se encuentran evidencias innegables de que el Rey ya está en camino. Pronto "todo ojo le vera venir en gloria. ¡El día de la liberación y restauración ya casi está aquí! Cuando Jesús aparezca en poder y gloria, vendrá como un Salvador amante para algunos y como un juez para otros. Para aquellos que lo esperan y aman su venida, será el Salvador; para los que lo han rechazado, Jesús significará juicio y destrucción.

Si hemos aceptado la soberanía del Señor en nuestras vidas, lo saludaremos con júbilo y exclamaremos: "He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación".

Para celebrar el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, más de 20.000 franceses marcharon hasta el Arco del Triunfo en París. Con emoción algunos cantaron:

"¿Con qué derecho vienes al arco de la victoria?" Con júbilo, un coro exuberante con-testó: "¡Venimos gracias al pendón ensangrentado de Verdún!"

Pronto ocurrirá una celebración más gloriosa que la de Verdún. Este evento majestuoso será el regreso del monarca que prometió: "Vendré otra vez". ¡Qué día de júbilo irreprimible será para aquellos que fueron redimidos por la sangre del Cordero! Un coro de millones de voces del planeta Tierra capturarán la magnificencia del Mesías de Haendel. "El reino de este mundo es ahora el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por siempre y siempre". Haga de Cristo el Señor de su vida y prepárese para presenciar el resplandor de su venida.