Veamos el cuadro comparativo de los nacimientos y muertes de Adán y sus descendientes:

Adán tenía 622 años cuando nació Enoc> y murió 57 años antes de que éste fuese llevado al cielo, en ese momento Lamec (hijo de Matusalén) tenía 75 años. Faltaban “solo” 86 años para el nacimiento de Noé.

Adán vivió hasta que Matusalén llegó a los 243 años de edad. Matusalén vivió hasta que Sem, hijo de Noé, llegó a los 98 años. Sem vivió 150 años después del nacimiento de Abrahán, y 50 años después del nacimiento de Isaac. Abrahán vivió hasta que Jacob y Esaú tenían 15 años, e Isaac vivió hasta que ellos alcanzaron los 120 años. Así vemos cuán directamente los conocimientos que Dios había enseñado a Adán pudieron comunicarse a sus descendientes. Adán los transmitió a Matusalén, éste se los comunicó a Sem, Sem a Abrahán y a Isaac, y estos patriarcas se los comunicaron a Jacob, padre de las tribus de Israel. (“Patriarcas y profetas”, apéndice, nota 2 sobre la página 117).